Una vez más, el singular Quentin Tarantino ha demostrado que tiene un talento y una personalidad arrolladores. En esta ocasión vuelve a recurrir a una historía de época como ya hizo con su anterior película, "Malditos Bastardos", y usa su capacidad como escritor para construir una trama interesante con la que hace su película más original, no por ello la mejor. Como siempre, se ayuda de actores eficaces a los que proporciona personajes interesantes y les brinda la oportunidad de lucirse. Sus films son siempre objetivo de polémicas y críticas por su uso desenfrenado de violencia, pero pienso que se debe ver como arte y no como recurso para fomentar los malos actos. Personalmente, prefiero "Malditos bastardos", pero reconozco que "Django desencadenado" es una película correcta, algo más alocada, pero con la firma Tarantino que garantiza que, con los años, se convertirá en objeto de culto y proeza artística. El principal fallo que noté fue la irregularidad de las escenas, mientras algunas eran espectáculos increíbles otras, especialmente desde la aparición del personaje de DiCaprio, aburridas y absurdad. Aunque en el conjunto es, probablemente, la obra más completa del director ya que sobresale en todos los aspectos, tanto de producción, como en ámbitos interpretativos y técnicos.
Jamie Foxx consigue volver a destacar después de pasar muchos años sin demostrar su gran valía como actor en una película, concretamente desde "Dreamgirls". En esta película donde interpreta al esclavo liberado Django está más que correcto y hace una de las mejores interpretaciones masculinas protagonsitas del año. Su mayor problema es que en la mayoría de escenas, se ve ecplipsado por el trabajo de sus compañeros de reparto. Christoph Waltz es el alma interpretativa de "Django desencadenado" y lo mejor de la película junto al guión de Tarantino. Aunque lleva pocos años en la industria hollywoodiense, exactamente desde que el propio Tarantino le ofreció el personaje de Hans Landa en "Malditos bastardos", por el que ganó incluso el premio Óscar. Desde entonces, en tan solo tres años, ha sabido representar el talento europeo que hay en América. Su intepretación como el doctor King Schultz es memorable y vuelve a demostrar que es lamentable que no lo hubieran descubierto antes. Leonardo DiCaprio me ha decepcionado un poco, quizás por las altas excpectativas que se habían formado respecto a su labor como el villano Calvin Candie, y porque recurre demasiado a la sobreactuación que acaba en un resultado algo artificial. Kerry Washington está correcta pero su personaje se limite a gritar y sufrir, aunque en algunas escenas destaca sobre sus compañeros. Samuel L.Jackson me dejó fascinado pese a ser un actor que no me gusta, pero cuando se hace un trabajo excelente, se debe reconocer. Su acento, su transformación física y la profundidad con la que conduce el personaje hacen que sea el roba-escenas de la película. Sin duda, la mejor interpretación después de la del austríaco Waltz.
En el ámbito técnico es una película sin reproches. Empezando por la banda sonora, la mejor del año. Te transmite epicidad, adecuada y coordinada con la dirección personal de Tarantino. En algunas escenas, se convierte en la protagonista y regala poder al film. La fotografía es impecable, aunque tampoco logra destacar tantos como en otras películas del director. El diseño de vestuario sí es correctísimo, icónico y grandilocuente. En resumen, si no te gusta Quentin Tarantino odiarás la película y si admiras las obras con personalidad la disfutarás.
NOTA: 8/10