Crítica de SensaCine.com para Alps: Golpe bajo en la pequeña Grecia

Hace años, cuando vi 'La ciénaga' de Lucrecia Martel, no supe encajarla bien. Resultaba difícil desprenderse de su incomodidad, de los personajes duros y los espacios cargados de hastío. El calor del verano que retrataba resultaba tan pesado que terminaba por invadir al espectador.

'Alps' –igual que 'Canino', la anterior película de su director Yorgos Lanthimos– puede parecer una cinta incómoda, aunque en algunos momentos logra cruzar una línea moral que va más allá de la simple sensación. En 'Canino', Lanthimos jugaba con el lenguaje y el espacio para crear una cinta en torno a las dificultades de la comunicación. En 'Alps', plantea de nuevo una pirueta narrativa, la de un grupo de gente que sustituyen, ante sus seres queridos, a personas que han fallecido. Si en 'Canino' las palabras no eran lo que deberían, aquí son directamente las personas las que ocupan otro lugar. En cualquier caso, ambas son películas de tesis, de premisa, a partir de la cual el cineasta puede dar pie a todo tipo de acciones: el sexo es frío y las personas carecen de espíritu. Es la Europa del horror cotidiano, un presente desesperado.

En algunos momentos, Lanthimos corta la cabeza de los personajes o los difumina en segundo término. Son planos impregnados de esa sensación de incomodidad. Sin embargo, por lo general, Lanthimos prefiere ser un director de premisa y cruzar definitivamente la frontera.

A favor: Que con sólo un plano, el director sepa transmitir la sensación de incomodidad.

En contra: El abuso que hace de los personajes.