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El director Ruben Östlund se interna en un peliaguado drama social basado en la historia verdadera de los disturbios raciales ocurrida en los suburbios de Gotemburgo, en la que unos niños inmigrantes africanos se dedican a robar a otros niños en edades de 12 a 14 años aprovechándose de los prejuicios y utilizando la técnica muy particular. Hasta en cuarenta ocasiones operaron estos secuestradores de niños que campaban a sus anchas imponiendo su propia ley del terror.

Ruben Östlund es considerado como una de las grandes promesas del cine sueco en la actualidad y ha sido galardonado con multitud de premios importantes. Su cine incisivo ha sido comparado con el de otros diseccionadores de la realidad social europea como Haneke o Andersson.

Rodó la película con actores amateurs y con ella quería hacer una especie de estudio sociológico sobre el miedo y la inseguridad ciudadana en la sociedad actual.