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Sinopsis
Película no recomendada a menores de 13 años
Evocación de los primeros años del reinado de Isabel I de Inglaterra, hija del poderoso Enrique VIII y de Ana Bolena.
Al morir su madre, decapitada por orden del rey, Isabel deja la corte y marcha a Hatfield House, donde recibe una educación apropiada para su rango. Gracias a la protección de la sexta y última esposa del rey Enrique, recupera poco a poco un lugar en la corte real hasta conseguir ser proclamada reina en 1558, tras la muerte de María, hermana paterna.
Elizabeth (Cate Blanchett, Babel) comienza a reinar en un mundo dominado por los hombres, donde es acosada por pretendientes, como el Duque de Anjou (Vincent Cassel, Cisne negro), y empujada a contraer matrimonio para asegurar su posición. Sin embargo, Elizabeth está perdidamente enamorada de Robert Dudley (Joseph Fiennes, Shakespeare in love), su gran amor y con el que mantiene emocionantes encuentros furtivos.
Al mismo tiempo, debe luchar contra las constantes traiciones y conspiraciones a la corona, como la del Duque de Norfolk (Christopher Eccleston, Tumba abierta) o la de María Estuardo (Fanny Ardant, Vivamente el domingo). Ante esto, su atención se aleja de los desafortunados romances y se centra en la supervivencia de su reino.
La Crítica de SensaCine
4,0
Muy buena
Elizabeth
Reina entre las reinas
por Paula Arantzazu Ruiz
Era cuestión de tiempo que el cine se aproximara a la fascinante figura de Elizabeth I de Inglaterra, cuyo reinado supuso uno de las etapas más convulsas en la historia del país y del continente europeo. A cargo del hindú Shekhar Kapur, la película no escatima en lujo visual para seguir la transformación de la bella joven, una Cate Blanchett encarnación de la belleza botticelliana, primero en monarca, finalmente en esa Reina Virgen, esa mujer de corazón masculino que transformó de manera definitiva la geopolítica del Renacimiento tardío. Como es de esperar, mucho espectáculo en torno a las intrigas palaciegas, las conspiraciones religiosas y los vaivenes del corazón de Elizabeth en este barroco retrato que, si bien carece del rigor histórico que deberían tener este tipo de producciones, es un magnífico trabajo para acercarse y disfrutar de los claroscuros de una época tan intensa. Recibi