Opiniones sobre Jack Ryan: Operación sombra

La película tiene de todo, es de espionaje, recuerda un poco a las películas de la KGB, tiene romance, tiene suspense, tiene acción. Una delicia ver a Kevin Costner además del resto de protagonistas que hacen muy bien su papel. Muy entretenida.

Lo mejor de la película es la acción y Kenneth Branagh, y lo peor es la falta de contenido.

Una entretenida película de suspense, acción y espionaje. Seguramente la mejor sobre el personaje de Jack Ryan, aunque la tópica fase inicial y también final desmerece un tanto el buen tono del resto del relato.

Con diferencia la peor película de las basadas en el personaje de Jack Ryan, durante el 90% del film NO PASA NADA y en el 10% restante la acción es totalmente predecible donde aunque el actor protagonista es creíble en su papel el resto del reparto apenas cumple, con una Keira Knightley que parece que solo pasaba por allí para hacer compañía al “prota” y donde Kevin Costner vuelve a hacer un papel de “estrella invitada” como ya hiciera en el último Superman y como en aquella no parece que su presencia sea imprescindible, además Kenneth Branagh interpreta a un villano más propio de una película de James bond que de una saga “más realista” como la que nos ocupa. Tal vez la explicación de todo sea que Kenneth Branagh sea mejor actor que director y que aquí ni su aportación como actor cumple los mínimos, no por él sino por el guión, más tonto y simple a más no poder.

Hemos vuelto a un clásico, el siempre jugoso y suculento enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia, la guerra fría, el conflicto bélico de antaño transformado en conflicto económico, espías y agentes infiltrados que se dedican a teclear ordenadores y copiar datos. Esperaba más acción física, más lucha cuerpo a cuerpo aunque, con todo, los movimientos y sucesos presentados son efectivos y contundentes; Kevin Costner en su repetido papel de agente reclutador de la CIA y Kenegh Branagh haciendo de las suyas, en una interpretación que sólo él entiende -la dirección es algo que controla con más acierto y le da mejores resultados- más la destreza del protagonismo de Chris Pine como toque de tensión, intriga y adrenalina concentrado en unas pocas escenas de Moscú que ponen la guinda y el colofón a la evolución previa. En general es hábil y sutil en el cumplimiento de sus funciones con diálogos frescos y poco cargantes, una suavidad y actitud mansa en la exposición que evita cualquier complicación con escenas demasiado enredadas; de la trama ofrece pocas explicaciones de las que te enteras relativamente poco -idea general subyacente que apenas captas-, es la excusa y el pretexto para toda la operación, te vale el complot ofrecido o cualquier otro; el toque humano y afectivo es expuesto con delicadeza y finura sin llegar a mancillar una acción que debe ser la protagonista principal. Ofrece un poco de todo con corrección, elegancia y sabido cumplimiento del deber; gusta sin esfuerzo, agrada sin lamentaciones y entretiene sin apenas darte cuenta. No es un peliculón ni la mejor de su género pero tampoco es un filme nimio ni falto; con pocos ingredientes organiza una buena fiesta, ligera y amena, buena diversión sin malos rollos con momentos para la charla, la sonrisa, la emoción, el nerviosismo y mucho más sin agotamiento por el éxtasis pero tampoco aburrimiento por las ausencias; un agradable y placentero resultado medio.

Bueno una película que si es entretenida de suspense casi uno es lo que espera al entrar a ver este tipo de películas pero bueno si esta entretenida

Bastante lenta por momentos el personaje femenino no mola nada me gusta más cuando hace personajes de época se puede ver pero no el cine yo la alquilaría en DVD

no te preocupes agustin sepulveda aguilar de alozaina van damme seguro que tu tio te la trae bien grabada.

Bueno.... no esta mal para una tarde de domingo sino hay otra cosa

Me parece que es una película que lo intenta pero que no llega.

Se queda a medio camino entre el suspense y la acción... y claro... pues no es ni una cosa ni otra.

Es una de espías pero una más... simplemente, donde las interpretaciones son mas o menos buenas pero que no llegan a llenarte el ojo, donde la fotografía o el tempo de la película no te quita el sueño pero entretiene. Y donde se comprueba que para llenar la pantalla con unos actores de cierto renombre hace falta algo mas que películas con un guion interesante pero que te quedan frío.

Pues parece que seguimos de oferta en Hollywood. Otro Reboot o revitalización de una saga se nos viene a colar por la garganta. No contentos con los últimos experimentos, 'Robocop' es el más escandaloso de ellos, las sesudas mentes pagadas en California han decidido sacar del baúl, previa limpieza de polvo y otros ácaros, una de las sagas de espías más conocida (con permiso del inigualable James Bond). De acuerdo que todo lo que huela a Guerra Fría está un poco caducado (lo siento Clancy, Follet y Forsyth) pero no hay duda que aún nos siguen atrayendo estas historias, por improbables, de agentes dobles, triples y encubiertos. Revivir al agente Jack Ryan tenía un peculiar inconveniente, elegir al actor adecuado, pues la historia que nos narre sólo importará tanto en cuanto nos convenza el protagonista. ¿Lo habrá conseguido?

Sin tener en cuenta ninguna de las historias escritas por Tom Clancy relacionadas con su más famoso agente (mejor dicho, analista) de la CIA, los guionistas han optado por dar un nuevo enfoque, tanto visual por la juventud como por la trama en la que se desarrolla. Son nuevos tiempos, ya no hay Telón de Acero que valga, ni pánicos nucleares entre grandes potencias. Ahora lo que se destila, y la crisis mundial mucha culpa tiene de ello, son los complots económicos con los que supuestamente se financian actividades terroristas. Hemos pasado de la psicosis de la era Reagan, pasando por el militarismo de los Bush, a una nueva época donde la tecnocracia (escondida en rincones de la burocracia) juega el papel que la era Obama (el presi, no el talibán) le ha otorgado.

Con este contexto, un joven Ryan (Chris Pine), renace con nuevos bríos, es hijo del 11-S, en un sentido testimonial y emocional, por lo que enfoca todos sus esfuerzos como funcionario de la Agencia en acabar desde una oficina con los malos. Lo malo es que un actor como Pine, proclive a los saltos, acrobacias y demostraciones de macho-alfa, no le viene nada bien el trabajo de oficina. Sin antaño Harrison Ford e incluso Alec Baldwin demostraron que sabían perfilar ambos matices en sus personajes de Ryan, aquí Pine ('Star Trek', 'Imparable') fracasa. La historia no tiene el ritmo necesario para crear al personaje. Se toma la licencia de que el público ya es conocedor de sus proezas, por lo que la acción y el thriller se hacen amos del desarrollo del film.

Y ahí entra la labor del director. Un casi desconocido Kenneth Branagh intenta en una nueva franquicia (pues esta es la segunda tras 'Thor', 2011) demostrar a las mayors que él pueden encontrar a un realizador fiable. Si con el Dios Escandinavo tocó por momentos su cine anterior (los ecos sheaskeperianos eran evidentes) con este Ryan deja de lado todo lo que había demostrado en notables títulos como 'Enrique V' (1989) o 'Morir todavía' (1991) para rendirse a los billetes verdes que Marvel o Disney (está a punto de estrenar 'Cenicienta') le ofrecen. Branagh ha dado el paso definitivo al cine comercial. Ha olvidado su temple y amor por los personajes y se ha afiliado al Lado Oscuro de los Grandes Estudios. Por lo menos ya no nos destroza con productos innecesarios como su remake de 'La huella' (2007). Este 'Jack Ryan' no adolece de unas cuantas escenas de acción bien hechas, pero sí de carisma y convicción en sus personajes.

El propio director demuestra esta carencia en su papel de villano de la función. Incluso un Kevin Costner que no acaba de reivindicarse está desaparecido durante la función. Penoso es también el trabajo de Keira Knightley, que no hace nada por salvar su papel de mujer florero, claro que Tom Clancy tampoco se destacó por sus personajes femeninos. Aquí no vamos a encontrar fuertes iconos como el capitán Reimius (Sean Connery) de 'La caza del Octubre Rojo' (1990), ni tan siquiera vengadores implacables como Sean Bean en 'Juego de patriotas' (1992). Pero al menos nos salvamos de la grotesca caricatura que hizo Ben Affleck en 'Pánico nuclear' (2002). La trama, más atareada en hacernos creer que la economía es el gran enemigo oculto que en plantear auténticos retos argumentales, se esfuma con la misma rapidez que Jack Ryan cambia de rostro. Pese a que los nuevos terroristas enarbolan banderas del capitalismo controlado por ordenadores bancarios, Hollywood sigue empeñado en que todo se puede resolver con un buen par de hostias.

Propuesta sencilla y directa para re-lanzar una franquicia que va por el cuarto actor que la interpreta (James Bond lleva 6 actores pero en 24 películas). No dejará defraudados a los que busquen un motivo de evasión (que enseguida desaparece) pero hará enarcar las cejas a los verdaderos fans de Tom Clancy y su analista más entrometido de la CIA. Al menos los yanquis nunca podrán igualar la grandiosidad de nuestros agentes patrios más carismáticos: Mortadelo, Filemón y Anacleto.