Cuatro personas involucradas en esta película fueron posteriormente metidas en la lista negra por los comunistas: el director Edward Dmytryk, el productor Adrian Scott, y los actores Morris Carnovsky y Luther Adler.
Segunda y última colaboración entre el actor Dick Powell y el director Edward Dmytryk, tras Historia de un detective. Estas dos películas cambiaron la imagen de Powell radicalmente, de un chico de canto y baile a un tipo duro y serio.