Sofia Coppola escribe, dirige y produce una nueva película, basándose en un artículo de la periodista Nancy Jo Sales que lleva por título "The suspects wore Louboutins" y que se publicó en 2010 en la revista Vanity Fair. El artículo trataba de un grupo de adolescentes que se dedicaban a colarse en casa de los famosos de Hollywood para llevarse sus carísimas pertenencias, unos tres millones de dólares en joyas, bolsos de marca, zapatos, efectivo…
No penséis que se trata de adolescentes marginales de algún suburbio de Los Ángeles, estos chicos provienen de familias desestructuradas de clase media alta, son hijos de ejecutivos de Hollywood, aspirantes a actrices y modelos. Sus motivaciones también son simples, les resulta fácil, sienten curiosidad por la forma de vida de las celebrities y no tienen nada mejor que hacer. Quizás este es el mayor fallo de la cinta y es que Sofia Coppola no se para en hacer un retrato muy profundo de los protagonistas, aunque puede que este tratamiento superficial de los personajes sea un reflejo de su vida superficial, son adolescentes con mucho tiempo libre y unos padres poco pendientes de sus vidas. No se posiciona sobre la responsabilidad, el remordimiento, los límites o la ley, pero tampoco se pone de su lado, más bien los retrata como unos niños cínicos y superficiales, con indiferencia, sin ironía ni indignación. No hay moraleja, al contrario, durante el juicio los chicos consiguen hacerse famosos, incluso una de ellas compartirá celda con su ídolo, Lindsay Lohan.
Prácticamente todo el reparto son actores desconocidos, Katie Chang, Israel Broussard o Taissa Farmiga que hacen lo que pueden con el poco material del que disponen, al final, sus interpretaciones son lo mejor de la cinta. Destaca una genial Leslie Mann, la típica rubia sexy y algo estúpida que es la madre de dos de las adolescentes y Emma Watson, descentrada, materialista y trivial, intenta disfrazar sus actos bajo una supuesta preocupación por causas altruistas.