Combustión no resulta muy original, ni en los planteamientos, ni en el desarrollo, Calparsoro se limita a ceñirse al estándar que demanda este tipo de películas, coches de alta gama, grasa, talleres, chicos guapos, minifaldas, tacones, imágenes a cámara lenta y música atronadora, que en este caso pone Carlos Jean; en ese sentido la película es honesta. En el fondo se trata de una historia de amor, bueno en realidad un trío, entre Navas, Ari y Mikel, y alrededor de esto gira el resto, las carreras, los robos, la violencia y las situaciones límite.
El equilibrio entre el thriller de acción y el romance se maneja con solvencia, creo que ni el público masculino ni el femenino se verá decepcionado, el equilibrio se mantiene y ni la parte romántica resulta ñoña, ni la parte ‘peligrosa’ excesivamente violenta. Pero el desarrollo es demasiado simple y predecible, los personajes demasiado tópicos y las carreras y persecuciones un poco cutres, no hay emoción. Muy bonitas las imágenes de Madrid y Lisboa, las ciudades donde está rodada, la fotografía sobresale por su calidad, aunque el proceso de montaje deja al descubierto varios fallos de racord donde la noche y el día se suceden sin un orden coherente.
Destinada a un público joven que no se va a sentir defraudado, eso sí, si superáis los treinta, quizá debéis dejarla pasar.