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    En un patio de París
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    Carmen P.
    Carmen P.

    1 usuario 2 críticas Sigue sus publicaciones

    2,0
    Publicada el 31 de agosto de 2014
    Para ir al cine a ver como está el panorama de la vida cotidiana de la gente, es mejor mirar bien lo que eliges, la película está bien argumentada, pero el tema es muy triste y desalentador, aunque al final Matilde, lo arregla un poco, pero poco.yo no la recomiendo
    rosagua
    rosagua

    51 usuarios 35 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 25 de agosto de 2014
    El título te lleva a imaginar una película que nada tiene que ver con lo que luego es. Y lo que luego es, no deja de ser la pura realidad, da igual si es Paris o Londres, España... gente que convive con sus manías y sus soledades.
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    127.273 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 8 de abril de 2015
    La sencillez, propiedad exquisita cuya presencia es muy deseosa y alabada en ocasiones, aquí se convierte en límite de todas sus posibilidades, de su excelsa magnitud y plena consistencia.
    Un patio de París, anónimo espacio desapercibido que cobra vida, un conserje nuevo que busca refugio tranquilo y apartado donde trabajar y no pensar y, simplemente, ver la vida pasar mientras sobrelleva una depresión de la que huye y por la que deja su vida de músico y, vecinos característicos que volverán su presente más activo de lo pretendido, en un principio, debido a su buena fe, bondad sin maldad y calma desprendida que les aporta relajada comprensión y desahogo de acceso necesitado por momentos varios.
    Gustave de Kervern, excelente conductor de una existencia que sobrevive con la aceptación de su evidente desgana y escasez de motivación por todo y que encaja, perfectamente, con una Catherine Deneuve obsesiva, dependiente y asustada que no encuentra relajación mental que la invite a descansar y superar el maldito insomnio más, la decoración de un impotente marido que no entiende a su desconocida y, anímicamente ausente, mujer, un lumbreras del negocio futuro de las bicibletas cuya carrera de éxito profesional como futbolista fue arruinada por un abuso de las drogas, de las cuales, hace todavía evidente ostentación, uso y abuso, el incordio de vecino perfeccionista que todo lo ve, lo presiente y soluciona para rectitud de una vida pulcra y sana, el maravillado por la secta de la luz que indica la llegada del Salvador..., envoltura de drama, con pinceladas sutiles de gracia y humor tenue para una historia que resulta leve en su conjunto, que sabe a poco dado el agradable entendimiento y fácil acople a su devenir, gustoso observar de gran aprecio que, Pierre Salvadori, no sabe potenciar a su máximo, en toda su magnífica probabilidad ofreciendo sólo breves retazos de toda la candidez que se cuece.
    Delicado, encantador y elegante en su formato, presentación y pasos/insuficiente la sustancia contenida, la devoción por este fantástico vagabundo emocional de una realidad observada desde fuera, sin querer participar en ella pero que es arrastrado y forzado a inmiscuirse en ella por cariño, empatía y tolerancia hacia sus inquilinos de arriba es fácil, su sentida armonía con la angustiosa vecina es sentida y querida, apreciación que se extiende a todo el edificio pero su modestia y simpleza es una baza que juega en su contra pues se demanda más de ellos, se requiere mayor incursión, se solicita mayor grado de involucración y batida y no un frágil, insatisfecho y tenue paseo por la villa.
    No busca regocijarse en el melodrama, su objetivo no es la explotación cómica, no desea vivir de la angustia vigente, ni merodear por los entresijos del cotilleo curioso, ni grandes sacrificios, ni ir a ninguna parte, simplemente muestra como la llegada de un extraño inapetente, que no busca ni pide nada, se acopla a la perfección con las necesidades ocultas de sus convecinos que les carcomen y devoran en silencio y que no se atreven a salir y manifestarse por pudor y vergüenza pero que, al lado del recién llegado, fluyen por si solas como agua de afluente desesperado que busca el mar naciente que le da vida o río alternativo que le mantenga a flote.
    Cómodo desconcierto que no explosiona, pausado andar que no se corona, se intuye una cumbre apetecible que se queda en superfluo placebo de inocua consistencia, ligereza que se estima pero no causa adicción, turismo leve por un patio de París que ofrece discreto recorrido que combina incertidumbre, relajación y delicadeza sin saciar aunque, tampoco desespera en su espera; no sucumbe a la tentación de rebuscar en su interior, sólo notas de una superficie acorde, linda, humilde, de buen gusto y sintonía, extraña y desconcertante en su composición que nunca tuvo la pretensión de destapar toda su capacidad.
    Elaboración sin complicaciones para vidas complicadas que viven su suplicio y padecimiento en sigilo sólo que..., la sencillez, propiedad cuya presencia es alabada en ocasiones, aquí se convierte en límite a su plena consistencia, barrera a su suculencia aunque..., ¿alguna vez tuvo intención de realizar dicha excursión?
    La Taverna del Mastí
    La Taverna del Mastí

    599 usuarios 72 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 3 de junio de 2015
    RETRATO A LA CRISIS DE LOS 40

    El director francés Pierre Salvadori, curtido en el mundo de la comedia, de las cuales se puede destacar "Usted primero" (2003) y "Un engaño de lujo" (2006), nos propone en su última película (hasta la fecha), titulada "En un patio de París", un drama con pinceladas cómicas; en el que se adentra en la crisis de los cuarenta, la locura cotidiana, y la convivencia en una excéntrica comunidad de vecinos.

    La historia se centra en Antoine, un músico que acaba de cumplir los cuarenta años de edad, que de pronto decide abandonar su carrera. Tras deambular sin rumbo durante varios días, lo contratan para que se encargue del mantenimiento de un edificio de pisos. Allí conocerá a Mathilde, una mujer jubilada que acaba de mudarse, y que descubre una grieta en la pared del salón, cayendo víctima del pánico. Poco a poco nacerá entre ellos una singular y extraña amistad.

    Lo más destacado de esta solvente película, es sin duda, las interpretaciones de su dúo protagonista, compuesto por Gustave de Kervern y Catherine Deneuve. En lo que se refiere a Gustave, construye un personaje bastante contenido, en el que muestra, de forma precisa, como un hombre sufre la temida crisis de los cuarenta; por otra parte, Deneuve está realmente notable, elevando la categoría del filme, ya que perfila un personaje que de manera progresiva se introduce en la locura, conteniendo varios puntos en común con el que interpretó en el clásico de culto de Roman Polanski, "Repulsión" (1965), aunque no tan visceral como aquel. También es muy interesante el retrato que realiza a la siempre complicada convivencia entre vecinos, en el que Salvadori nos ofrece un desfile de pintorescos personajes que aportan el tono divertido y desenfadado de la cinta, destacando: el genial predicador de la secta religiosa, el exfutbolista caído en desgracia que colecciona bicicletas, y el manioso arquitecto 'toca-pelotas'.

    En conclusión, "En un patio de París" es una buena comedia agridulce, ensalzada por las notables interpretaciones de sus protagonistas, sobretodo una Catherine Deneuve que demuestra todo su talento y carisma, y que nos retrata la temida crisis de los cuarenta de forma interesante y con todas sus consecuencias.
    cine
    Un visitante
    4,0
    Publicada el 1 de abril de 2015
    En un patio de París es una película que oscila entre situaciones incómodas y diálogos divertidos. La película empieza como una comedia y, poco a poco, se convierte en un drama melancólico con seres humanos angustiados patológicamente. Es una película en la cual la solidaridad aparece como el mejor humanismo y remedio para la ansiedad de los personajes.
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