Crítica de SensaCine.com para Caza al asesino: Fríamente, con motivos personales

Permítanme comenzar esta (como siempre nada objetiva, y como siempre un presumible oasis entre el mar mainstream que la envolverá) crítica de The Gunman (me gusta más el título original inglés que el tan sobado Caza al asesino que le han endilgado aquí) con una confesión: tras leer las reacciones y comentarios extremadamente negativos que obtuvo en sus primeros visionados allende nuestras fronteras me fui a la nevera, abrí una cerveza y cogí, al azar, de mi estantería una de las extraordinarias novelitas del francés Jean-Patrick Manchette, padre literario de este film a mayor honor narcisista y pitopáusico (te entiendo, tío) de Sean Penn. Y me reía carcajadas de la crítica oficial USA (algo que me está sucediendo muy a menudo últimamente), aunque no tanto como cuando por fin pude ver esta película dirigida, con ese estilismo y desvergüenza setentera que le honran, por Pierre Morel, sí, también franchute y también alguien de fiar (¡dirigió Venganza y Desde París con amor, voto a bríos!).

O sea que ya lo sabéis: voy a defender este polar emborrachado de la desfachatez del mejor Michael Winner (la fundamental Scorpio saluda en muchos planos de la cinta, amén de ser un referente prístino argumentalmente) con la conciencia, eso sí, de que podría haber estado muchísimo mejor, pero con la conciencia de fan de Manchette y de innumerables escritores pulp de acción y espionaje de la época bien limpia. No es Caza al asesino un film redondo (la escena taurina es un poco cutre, y de un cutre no cutrelux como la de Double Team, esa maravilla de Van Damme), pero contiene tal cantidad de elementos a favor (el mismo rol de Penn, un Javier Bardem irónico que parece estar pasándoselo muy bien, un gran aprovechamiento del paisaje urbano – Barcelona- para las set pieces de acción, su cosmopolitismo setentero, sus apuntes neocolonialistas y políticos…) que no se mereció/merecerá los palos críticos.

Jean-Patrick Manchette murió en 1995… Creo que estaría contento de lo que ha hecho su paisano Pierre Morel. Yo o estoy. Y ahora dejadme con otra novela y otra cerveza. Gracias.

A favor: Su fidelidad al original literario y al polar pulpie setentero.

En contra: Lo de los toros es una chorrada como la Sagrada Familia de alta.