Crítica de SensaCine.com para The Interview: Asesinando al querídisimo líder

Lo cierto es que vi muy tarde Juerga hasta el fin, el debut en la dirección del tándem formado por el actor Seth Rogen y su habitual guionista Evan Goldberg. Y fue toda una sorpresa. El descalabre macarra del que hacía uso la película me pareció espectacular tanto en su jocoso (auto) retrato de sus compañeros de generación -en la película se interpretan a ellos mismo llevando la imagen pública a la caricatura salvaje- como en su particular versión del apocalipsis más oligofrénico. Con The Interview la cosa no solo cambia, sino que se complica terriblemente, al ser una película que ha trascendido lo estrictamente cinematográfico para acabar convirtiéndose en un film cuasi maldito, víctima de sabotaje y amenazas nunca vistas antes Hollywood -el tristemente famoso “Sony Hack”-, al parecer, provenientes de la propia Corea del Norte.

Como de lo que se trata aquí es de valorar sus virtudes (y defectos) estrictamente cinematográficos, obviaremos las patéticas circunstancias en las que se ha visto envuelto el estreno de la película. Y es que The Interview, al fin y al cabo, es una comedia de lo más disfrutable, ni tan salvaje como Team America, ni tan burra como Zohan: Licencia para peinar -por citar dos sátiras que hacen mofa del carácter antropológico de aquello que representan-. Si bien Rogen/Goldberg saben como cargar sus tintas a la hora de crear un thriller de espionaje de lo más alocado -la mejor secuencia de la obra es aquella en la que Aaron (Rogen) debe recoger la carga de un drone frente a un tigre- sí caen en el trazo grueso a la hora de ridiculizar tanto el gobierno militar coreano como a su máximo líder, Kim Jong Un (y eso que es alguien que se parodia a sí mismo con una facilidad pasmosa). Básicamente, cuanto más se busca forzar la parodia, más histérica y excesiva resulta -la noche de juerga que se corren Kim y el presentador al que da vida James Franco roza el ridículo-. Todo ello no quita que The Interview posea momentos realmente divertidos -esa pelea en la que se arrancan dedos-, mostrando cada vez más entero a Rogen como intérprete -a Franco, hasta que nada cambie, le seguiremos dando por perdido- y que posee el sano vicio de poder reírse de todo sin tener que darle muchas vueltas a la cabeza.

A favor: Que se haya podido estrenar, finalmente.

En contra: El querer forzar tanto la caricatura de Kim Jong Un.