#Chef
Nota media
3,5
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14 Críticas del usuario

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Beatriz López Velasco
Beatriz López Velasco

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3,0
Publicada el 13 de agosto de 2014
Un divertido guion, deliciosamente entretenido y con un toque mordaz sobre el poder de las redes sociales. A pesar de algunos estereotipos y de ser predecible, es una película fresca, inteligente e interesante que no necesita de gags estúpidos para sacarte una sonrisa. Reflexiona con una fina ironía sobre las redes sociales, los cocineros reconvertidos en celebridades y el dinero que eso puede generar. Es de esas historias que te hacen sentir bien, además de salir del cine con ganas de probar uno de esos apetitosos sándwiches cubanos.
Los protagonistas de esta historia son Jon Favreau, Sofia Vergara (sonaba raro su “no acento”), John Leguizamo (me encanta este tipo, una pena no verle más a menudo) y el niño Emjay Anthony, un encanto de muchacho capaz de robar más de una escena, las que comparte con Favreau enseñándole a usar las redes sociales son tan divertidas como reales. Pero quizá, la mayor riqueza de la película esté en una serie de interesantes personajes secundarios, que si bien es verdad que no están suficientemente desarrollados (Molly y Carl están saliendo o solo tontean), son encantadores, además de grandes estrellas. Dustin Hoffman es el dueño del restaurante al que solo le importan los beneficios, Scarlett Johansson es la encargada del restaurante, Robert Downey Jr. en su eterno papel de irresistible prepotente, Bobby Cannavale el segundo ayudante de Carl y Oliver Platt como el cruel crítico gastronómico.
Destacar la bonita fotografía que nos muestra preciosos rincones de Miami, Nueva Orleans o Austin, acompañado de una alegre banda sonora, una combinación de música cubana, jazz y blues que sirven de fondo a la historia a medida que el camión cruza el país. Por cierto que el asesor culinario es el chef Roy Choi (creador de Kogi, un camión de tacos coreanos gourmet), fue el asesor técnico, el encargado de supervisar todos los menús y la comida preparada para la película y terminó siendo coproductor.
Marta F.
Marta F.

104 usuarios 38 críticas Sigue sus publicaciones

3,0
Publicada el 13 de agosto de 2014
Los ingredientes de esta película son unas buenas interpretaciones de los actores protagonistas (a excepción de Sofía Vergara que resulta sosa, quizás por lo insípido de su personaje), una historia familiar entrañable, buena música con aires de la Habana, el arma de doble filo que pueden ser las redes sociales y la reflexión sobre qué esperamos de la vida y qué podemos hacer para conseguirlo. El resultado, un plato sabroso que aunque no se convertirá en nuestro favorito sí nos dejará un buen sabor de boca.
cine
Un visitante
2,0
Publicada el 11 de agosto de 2014
Jon Favreau se debería hacer mirar su problema de bipolaridad. Porque, al menos en los créditos (que he tenido que ver con apuros, porque en el cine habían puesto todas las luces a máxima potencia; tan sobrados de espectadores deben andar de espectadores que no van a andarse con miramientos como el respeto...) figura como único director y único guionista. Y sin embargo yo he visto dos películas absolutamente distintas. Es curioso: una película sobre un camión de comida me ha encantado hasta que ha aparecido el camión de comida. La primera mitad de la película me ha encantado. Ritmo, ambiente, historia, música, interpretaciones... Todo magnífico, una película de ésas que te tienen con una sonrisa en la boca mientras las disfrutas. Y de repente, aparece en escena el camión, y la película se va torciendo. La historia se torna difícil de comprar, la sensiblería va poco a poco aumentando, y se va vislumbrando, con horror, cómo puede acabar la cosa. Y lo peor no es que se cumpla lo que parece, sino que es incluso peor, mucho peor. ¿Por qué? No lo puedo entender. El paso de las horas mitiga el disgusto final, y emergen las buenas sensaciones de la primera hora de metraje. Pero alguien debería exorcizar a Fauvreau, y sacarle de las entrañas al maligno ser causante de la deriva final de la película.
Lourdes L.
Lourdes L.

131.355 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

3,0
Publicada el 9 de agosto de 2014
¡Qué importante es tener buenos amigos!, ¡buenos amigos que cubran tus espaldas y tapen tus carencias!, porque sin ellos aquí sólo habría ¡mucho ruido y pocas nueces!, y créeme, ¡hay mucho, mucho ruido!
Simpática, alegre, jovial y refrescante la primera hora, cansina, predecible y poco absorbente el resto de los minutos.
Mucho nombre famoso, mucho actor conocido para acompañar a Jon Favreau en su aventura como director, guionista y actor principal en una comedia romántica-familiar entrañable y dulzona, resultona y atractiva que se rodea de un exquisito colorido alimenticio y de una música bailona, amena y pegadiza que es la decoración que envuelve un plato de gusto medio y sabor ocurrente y divertido que entra con placer, ilusión y ganas pero que acaba empalagando por su cantidad y hastiando por el olvido y la pérdida de su sabor inicial, de su novedad y seducción de arranque.
Porque sí, no ofrece el menú típico de cualquier restaurante de esta índole -no es el argumento soso y empalagoso que suele verse en estos relatos-, porque sí, se atreve a tratar las relaciones paterno-filiales, la tirante comunicación crítico-chef y los avances positivos del uso de la tecnología actual para innovar y crear nuevos mercados y oportunidades de movimiento con respeto, dignidad y sabia frescura, porque sí, tiene acierto y buen ojo para mostrar todo su trabajo con inteligente ligereza, agilidad encantadora, diversión grata y ritmo guasón, una recordada noche de fiesta, de locura y fervor pero..., se deja llevar por su propia hipnosis y emoción, por su propio encantamiento y pasión pues el contenido de este menú no da para una cena suculenta y maravillosa, para tantos platos y comensales, alarga en demasía un guión que no es capaz de cubrir tanto tiempo ni espacio y cuyas debilidades son cada vez más obvias pasados los 60 minutos donde comienza a surgir la sensación circular y monótona, cansina y agotadora de no avance, de pérdida, inapetencia, desinterés y desconexión, por querer que acabe una comida que ya está saturando tu estómago e incomodando tu paladar.
Se olvida que un fabuloso postre redondea y perfecciona una exquisita comida. Aquí el postre sólo significa que ya puedes levantarte de la mesa y seguir a otra cosa.
Acotación: si después de probar cualquiera de los platos que aparecen en este filme tus venas y arterias no revientan o se suicidan por la subida de grasa y colesterol..., ¡tendrás suerte!
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