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    Nuestro último verano en Escocia
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    Lourdes L.
    Lourdes L.

    127.244 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 30 de mayo de 2015
    "¡Tienes que vivir más y pensar menos!"
    Un delicioso e inesperado funeral de muerte donde, la ridícula estupidez de los adultos, es puesta en evidencia por la sinceridad e inocencia de unos adorables niños que son el alma de la historia, su exquisista fragancia, la esencia de su apreciado espíritu, un desfile de encanto, pasión y arrebato con el que no pueden competir los mayores, razón máxima para escogerla, irte de fin de semana con ellos y pasar un buen rato.
    Al comenzar las clases, cada año y en cada curso, era típica y conocida la primera tarea, lo inmediato a relatar, redacción a escribir derivada de la famosa pregunta, cargante y cotilla..., ¿qué has hecho este verano?, donde rara vez tenías algo interesante que contar; no como estos peculiares hermanos de gran carisma, estimada gracia andante y cándida ternura, ingenuidad cautivadora más dulzura en vivo y directo que sacude sin miras ni piedad, donde siempre te hallas a la espera de la tortura venidera de esa insaciable curiosidad que te lleva por la calle de la amargura, donde te sacan de quicio con su lógica aplastante, con su interrogatorio incesante e interminable y su habilidad para jugar a encadenar palabras, explicaciones y sentencias, barrullo mental que les trae locos para delicia y embrujo de un espectador maravillado ante tanta soltura, acidez e ironía.
    Un hechizador guión, con momentos desternillantes, que enlaza, con sabia armonía y pícara inteligencia, todos los elementos e hilos que llevan a disfrutar de este circo entrañable y sugestivo donde los muertos se tiran pedos, los adultos se pelean y complican las cosas y los avispados menores, de fantasía suprema e inventiva magnífica, resuelven la papeleta con sencillez y estilo, humildad y sensatez de escuchar a los demás y respetar su voluntad.
    Ingenioso argumento que sabe crecer con arte y pericia, templanza y entusiasmo, absorbiendo a un público que se deja coger de la mano con placer, gusto y voluntad para ser entretenido con humor agudo, gracia honesta y natural vivacidad, adjetivos que engloban a esta cómica historia, de familia atropellada y rocambolesca, que conducen con un delirio lunático, de control ficticio a la venida de accidente a la vista, donde el frenético choque de todos sus intérpretes es una maravilla para una vista saciada, un oído satisfecho y un corazón en estado activo de risa y jolgorio pues la siguiente mueca, sonrisa o desfachatez no tardará en aparecer.
    Revolución familiar que alborota, teje y enreda para recuperar la calma y honor olvidados, en un entorno idílico de fotografía inmensa e imagen preciosa, mezcla irreverente y atrevida de albedrío inestable, frescura disparatada y desmadre sentido que convierte la velada en sabrosa compañía de fiesta efervescente donde disfrutar con deseosas ganas y ofrecidos motivos pues camina con la seguridad de un chistoso y gracioso libreto rematado por fantásticas interpretaciones y ese humor inglés, ocurrente que sólo ellos saben manejar y hacer, burla irónica y sagaz, estridente y cálida al tiempo, de los presentes para consigo mismo en un alocado teatro que destapa la desfachatez y el afecto por igual.
    "La próxima vez que un adulto se muera en la playa se lo diré a un adulto y prometo no prenderle fuego", alegría nacida de la curiosidad de los peques, montaje de mentiras derrumbado por la coherencia de quien mira con ojos limpios, presta atención y conserva la pureza del corazón, divina infancia que supone el goce y deleite de esta representación dicharachera y chistosa donde los padres aprenden de sus queridos hijos.
    Sencillamente relájate y déjate llevar por la simpatía, caos de esta estirpe singular, unidad disfuncional con sus miedos, desavenencias, tragedias y los abrazos azucarados de turno, comedia ágil, amable y envolvente que se aprecia al instante y se consume con suma facilidad y complacencia, se conoce su recorrido y anticipa su desenlace, sorprende por intervalos y enamora en conjunto, una combinación espléndida que consigue un esmerado homenaje al cine familiar, catastrófico cuando se trata de ir de vacaciones.
    Ideal compañía para la distensión, el olvido de la rutina y la compensación de un mal día, cumple con creces en esos menesteres y cubre, con óptima nota, todas sus expectativas, desde la modestia y sencillez entretiene, divierte y alegra, destartalada aventura a la busca de un cumpleaños que acaba encontrando un entierro vikingo, original, osado y merecido.
    Acepta la invitación a Escocia, no supone ningún esfuerzo y obtienes beneficio suculento, nutre y enriquece con gratitud, sin coste ni cargas adyacentes, pocos dan más en tan poco tiempo y escaso espacio.
    En todos los sentidos, apetece
    javier s.
    javier s.

    86 usuarios 37 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 15 de septiembre de 2015
    La parte central de la película espectacular, con el abuelo y los niños. Buena en general, merece la pena ir al cine a verla. Como añadido, unos paisajes escoceses muy llamativos.
    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    94.556 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 23 de octubre de 2015
    [...] Esta es una película sorprendente en la que pasan muchas más cosas de las que el tráiler nos cuenta, ya que da la sensación de ser la típica historia de enredo que gira en torno a unas mentiras piadosas que no deben ser descubiertas. Todos sabemos lo que sucede cuando hay niños implicados en estos asuntos, sueltan el comentario más desafortunado en el peor momento, pero resulta que esos tres niños toman el protagonismo para dar un giro a la historia y convertirla en una disparatada comedia negra, negrísima. Lo peor de todo es que llega un momento en que esos niños resultan ser los más lúcidos de la familia y los que harán que el resto de la familia recapacite en su actitud.
    El problema es que para llegar a ese momento la situación se descontrola demasiado y el planteamiento de la historia es difícil de creer, llenándose de momentos que se sienten demasiado forzados y poco naturales. A lo que no ayuda el tono desigual que no termina de posicionarse en la comedia o el drama y un guion previsible que abusa del sentimentalismo. En la parte positiva, unos personajes deliciosamente excéntricos, unos diálogos mordaces e ingeniosos y las escenas entre el abuelo enfermo y sus nietos pequeños que son realmente conmovedoras y auténticas.
    En el reparto varias figuras de primer orden del panorama británico, Billy Connolly (El último samurai) es el abuelo enfermo, David Tennant (Broadchurch) es el hijo expatriado (“es tan inglés que es prácticamente francés”) y Rosamund Pike (Perdida) la mujer de este. El otro hijo es Ben Miller, un tipo estirado y desconsiderado, Amelia Bullmore es su neurótica y abnegada esposa y Celia Imrie (El exótico Hotel Marigold) la asistente social que evalúa a los niños. Son precisamente ellos, Emilia Jones, Bobby Smalldridge y Harriet Turnbull, los tres niños pequeños que se adueñan de la película, convirtiéndose en los responsables de los acontecimientos del tramo final.
    Nuestro último verano en Escocia es una comedia conmovedora que, pese a todos sus defectos, tienen muy buenos momentos que funcionan bien, sorprendentemente.
    cine
    Un visitante
    0,5
    Publicada el 7 de marzo de 2016
    Odie esta película, no le veo un punto bueno. La historia no esta bien organizada, y los personajes son desesperantes si pudiera, no le pondria no media estrella.
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