Crítica de SensaCine.com para Nightcrawler: Black Mirror

Estudio de un sociópata en negro, visión cargada de vitriolo del sueño americano y relato alucinado de unos Los Angeles de pesadilla, Nightcrawler puede que sea uno de los mejores debuts de un director norteamericano en estos últimos cinco años. Con trazos de Taxi Driver, Network, un mundo implacable, la más que reivindicable El ojo público, y la causticidad y humor negro del Paul Verhoeven etapa americana, Dan Gilroy (hermano del también director Tony Gilroy) teje un sólido estudio de personaje overthe top, el de Jake Gyllenhaal en un nuevo tour de force interpretativo.

Historia sobre un solitario don nadie que plancha su ropa mientras ve viejas películas de Danny Kaye y encuentra su lugar en el mundo como reportero de televisión nocturno de sucesos, Gilroy, autor también del guión,apuesta por los personajes y las situaciones incómodas. Aquí no hay lugar para la empatía, se sitúa constantemente al público fuera de la zona de confort habitual en el cine, esa en la que el espectador se identifica con algún personaje o acción. Durante todo el metraje uno desea el derrumbe del castillo esquizo de naipes urdido por Jake Gyllenhaal, pero (ojo SPOILER) eso nunca ocurre. Louis Bloom es un sociópata desalmado, gris, mediocre y torpe capaz de fabricar el mismo sus reportajes (manipula el escenario del crimen, oculta información a la policía) que, ojo, logra ser aceptado socialmente y triunfar cuando más despiadado se muestra. Un hecho que queda ejemplificado de forma magistral en una de las mejores escenas del filme, esa en la que una hasta entonces esquiva Rene Russo, productora televisiva sin escrúpulos en busca de videos escabrosos, se enamora turbiamente de Gyllenhaal y realizan una especie de polvo mental cuando este le proporciona una filmación sobre un triple asesinato.

Nightcrawler dinamita también la imagen idealizada del sueño americano en forma deradiografía sobre una sociedad enferma que permite el éxito de la mediocridad más absoluta y de monstruos como Bloom.

Una cosa más. El debut de Dan Gilroy tiene una fuerza casi distópica, como si se tratase de un episodio apócrifo de Black Mirror fuera del terreno sci-fi. En Nightcrawlerse reflexiona, sin sermonear y con mucho humor negro, sobre el sensacionalismo en la televisión y el todo vale en busca de una audiencia mayor, y lo hace con una coartada realista y verosímil que a veces, eso sí, roza el fantastique por su flirteo con el cine de psicópatas y la puesta en escena alucinada de alguna de sus secuencias, rodadas casi todas de noche.

A favor: una recuperada para los grandes papeles y espléndida Rene Russo

En contra: Nada