Tarantino es un creador original, crítico y suele acompañar sus productos con adecuadas dosis de humor. Todo esto, naturalmente buscaba yo que desde que vi "Pulp fiction" me he confesado admirador suyo. Sin embargo tengo que confesar que prácticamente no he visto ninguna de las tres características o mejor que estando lo están en cantidades mínimas:
1.- Originalidad.
Cuando vi "Pulp fiction" me encantó la manera de construir el relato cinematográfico con una estructura desordenada muy del estilo de la narración en la literatura con su división en capítulos que presentaban las acciones de manera no lineal. También en esa magnífica película Tarantino echaba mano de recursos tomados del cómic y de la novela ilustrada que me sorprendieron gratamente. Pues bien, en "Los odiosos ocho" sólo reconocí como típicamente tarantinesco (¡menudo palabro acabo de utilizar!) la estructura dislocada y su presentación en forma de capítulos; la incursión del dibujo de animación o de elementos propios del mundo de la ilustración no están en esta ocasión. Pero incluso estando presente la técnica de la no linealidad estructural, no cabe ver en ello originalidad alguna pues ya la había utilizado en sus anteriores siete películas; podría decirse -como he visto escrito por ahí- que en este film Tarantino plagia a Tarantino (¡qué gran verdad en esta ocasión!).
A mí, en cuanto a originalidad, lo que más me ha llamado de esta película es su magnífica fotografía sobre todo de unos exteriores nevados que dan a esta historia del género "película del oeste" una atmósfera sorpresiva y sorprendente. Si a ello unimos la música creada por Ennio Morricone, que no se aparta mucho de la que utilizara en los "spaghetti western" dirigidos por Sergio Leone y protagonizados por el gran Clint Eastwood, que los espectadores maduritos como yo recordamos ("El bueno, el feo y el malo", "La muerte tenía un precio", "Por un puñado de dólares"...) y que transcurrían bajo un sol implacable en polvorientos poblachos, se ve que Tarantino ha querido sorprender al tiempo que hacía un homenaje a esas películas que veía durante su adolescencia. Y el homenaje a estas películas de los años 60 y 70 lo completa el director de Tennessee al rodarla en un formato muy utilizado en los 60 pero hoy ya abandonado: el Ultra Panavision 70.
2.- Crítica.
Quizás sea aquí donde Tarantino acierta más. En primer lugar hay que tener en cuenta que el director es de Tennessee y que Tennessee fue el último estado en abandonar la Unión y unirse a la Confederación en el estallido de la Guerra de Secesión en 1861, y el primero en ser readmitido a finales de la guerra. La acción que se relata en el film (el encuentro en un refugio de montaña de 8 personas: dos cazadores de recompensas -Samuel L. Jackson y Kurt Russell-, el conductor de la diligencia, una sanguinaria delincuente capturada -Jennifer Jason Leigh-, un verdugo del pueblo al que se dirigen -Tim Roth-, un vaquero -Michael Madsen-, el mexicano encargado del refugio -Demian Bichir-y un renenegado sureño -Walton Goggins-) sucede unos doce años después de la finalización de la guerra de Secesión que acabó en 1865 y que abolió la esclavitud al extender a todos los Estados Unidos la Proclamación de Emancipación dictada por Abraham Lincoln en 1863. Pues bien la balacera que en definitiva es esta película tiene en su trasfondo mucho que ver con la persistencia de dos clases de seres humanos en el País surgido de la guerra civil. Naturalmente aunque esta subsistencia de la mentalidad esclavista podría ser más que comprensible a sólo diez o doce años de esta promulgación, Tarantino lo que quiere hacernos ver, como ya hiciera en su anterior creación "Django desencadenado" es que aunque hayan transcurrido 150 años la sociedad americana sigue aún manteniendo muchos resabios discriminadores.
3. Humor
Los diálogos que mantenían en "Pulp fiction" los dos asesinos que encarnaban Samuel L. Jackson y John Travolta escondían humor y crítica a partes iguales. Pues bien no he visto este tándem debidamente representado en esta producción. Lo único que he visto es un juego con el espectador (sí, quizás, aquí podría esconderse algo de humor) al que ofrece la contemplación de una adaptación personalísima de una novela negra estilo "Diez negritos" de Agatha Christie (en un local cerrado hay muertes y uno de los asistentes tiene que ser el asesino) en el marco del oeste americano. Aunque quizás, también juegue con nosotros al presentarnos, en definitiva, una historia ya contada por él pero presentada de otra manera. A "Django desencadenado" ya me he referido, ahora estoy pensando en "Malditos bastardos" donde la violencia circula en la dirección aliados buenos hacia nazis malos, y aquí, en "Los odiosos ocho", es lo mismo aunque variando los sujetos que la ejercen que son buenos anti esclavistas versus malos no abolicionistas. Y como en este mundo no hay nada del todo blanco ni negro, la duda de dónde estoy situado o de adónde debo colocarme está presente a lo largo de todo el film.