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    Antonio Vega, tu voz entre otras mil
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Antonio Vega, tu voz entre otras mil

    Piezas para un retrato de Antonio Vega

    por Covadonga G. Lahera

    Lejos del tratamiento hagiográfico y conductista que suele atribuírsele a una amplia producción del subgénero del documental musical, en parte concentrado en dar cuenta de la vida de algún artista clave para un determinado imaginario, Antonio Vega: Tu voz entre otras mil logra ofrecer un retrato poliédrico, singular y no autocomplaciente del músico madrileño. Coincidiendo casi su estreno con el quinto aniversario de su fallecimiento (el 12 de mayo de 2009), Paloma Concejero, conocida por la realización de la serie documental televisiva Ochéntame otra vez, no solo documenta la trayectoria seguida por Vega hasta cumplir su sueño profesional, primero junto a una de las bandas más identificadas con la movida madrileña, Nacha Pop, y en solitario después. El filme es, sobre todo, la reconstrucción de un perfil íntimo del artista a partir de testimonios de sus allegados (y sus diferentes perspectivas) y de valioso material de archivo privado, e inédito, donde el espectador podrá conocer sus intereses más allá de la música, sus principales obsesiones y angustias, su carácter y la alteración del mismo una vez cayó preso de la heroína.

    De tal manera, uno de los privilegios con los que Concejero ha contado ha sido el del acceso a los vídeos familiares registrados por la cámara de super-8 del doctor Vega, padre de Antonio, que junto al emocionante testimonio de la madreposibilita una aproximación a lo que la infancia y adolescencia de Vega pudo ser. Innumerables instantes de una memoria pasada feliz, de viajes familiares y reuniones domésticas, en un formato que tradicionalmente ha quedado vinculado con un sentimiento entre poético y nostálgico, muy en consonancia con el modo en cómo Antonio Vega observaba sus propios recuerdos infantiles, etapa que a menudo veneraba y con la que podía referirse también al comienzo de cualquier historia (“Ojalá me condenaran a la niñez”, dice en una de sus composiciones). El tono de proximidad y calidez, casi con la sensación de estar recibiendo confidencias, tiene mucho que ver con el carácter privado de esos vídeos y fotografías, además de la propia voz de Vega que nos acompaña como testimonio auditivo gracias a las grabaciones en casette facilitadas por Bosco Ussía, amigo del músico y autor de Antonio Vega. Mis cuatro estaciones. El uso de esa voz en off puede recordar al efectuado por A.J. Schnack con la voz de Kurt Cobain en About a Son. Junto a estos materiales y a las entrevistas recabadas, el documental también recurre a elementos oficiales más comunes en este tipo de piezas: extractos de videoclips, fragmentos de actuaciones en directo y conciertos, letras de canciones, etc.

    Antonio Vega: Tu voz entre otras mil debe de haber conllevado un arduo proceso de documentación y de montaje. Se entrevé en algunos instantes en los que el ritmo decae fruto de no haber sabido prescindir de tanto material valioso. La intención de Concejero durante la fase de edición, además de seguir un orden cronológico (aunque prescindiendo de una estructura capitular), sí que parece haber sido la de ofrecer una polifonía de voces que descubrieran no solo muchos datos desconocidos para el público medio (la afición de Vega a la astronomía o a la escalada), sino también la fricción que se propicia entre testimonios que disienten, entre perspectivas no compartidas o datos que se contradicen… Resulta memorable la participación de Will More (¡Arrebato!) y de su hermana Carmen (que fue una de las primeras novias de Vega), las diferentes elucubraciones sobre la identidad que podría esconderse tras la Chica de ayer o la fuerza asombrosa que adquieren los insertos de El gabinete del doctor Caligari para transmitir la demencial adicción a la heroína… Las varias voces que menciona el título van sumándose para dar cuenta del paso por la vida de este músico y está bien que el resultado no sea unívoco, ni sensacionalista, ni indulgente.

    A favor: El valor de los documentos reunidos y el tono de intimidad logrado

    En contra: Un ritmo narrativo algo irregular y algunas imágenes ambientales.

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