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    Cemetery of Splendour
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Cemetery of Splendour

    Fantasmas como nosotros

    por Violeta Kovacsics

    En un momento de Cemetery of Splendour, Jenjira, una mujer que visita y cuida a un soldado adormecido en la cama de un hospital, recibe la visita inesperada de dos diosas. Estas, sin embargo, se presentan ante Jenjira y ante nosotros de la manera más sencilla posible: en un único plano, llegan y se sientan junto a la protagonista, charlan y comen unos frutos. La escena resume el gusto de Apichatpong Weerasethakul por entrar en el fantástico a través de la puerta de la realidad. De hecho, en Cemetery of Splendour, esta idea se extrema. Aquí no hay un ser de ojos rojos y brillantes como el de El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, tampoco, la fisura radical que dividía Tropical Malady. Aquí todo aparece rebajado, escondido bajo un velo de exquisita sutileza.

    En el fondo, esta es de nuevo una historia de fantasmas. El hospital donde duermen los soldados que visita Jenjira descansa sobre un cementerio. El pasado se confunde así con el presente. De la misma manera, el tono aparentemente riguroso de la película, con sus planos fijos y largos, esconde pequeños detalles de humor. Los soldados adormecidos junto a unos tubos fluorescentes, una médium que contacta con ellos y una protagonista con una pierna más corta que la otra, todos estos personajes extraños, conviven con un tono realista, con el cálido clima tailandés, con el rumor de los árboles de los bosques, con la cotidianidad de una calle repleta de gente. En este sentido, en Cemetery of Splendour, el fantástico se presenta ligado a la naturaleza y al humanismo.

    En el ecuador de la película, dos planos se funden: el de las escaleras mecánicas de un multicines al que asiste la protagonista y el de la habitación donde reposan los soldados, con sus tubos luminosos como un letrero de neón. Como en Tropical Malady, Weerasethakul vuelve a señalar el ecuador de la película. En Cemetery of Splendour, lo hace mediante la suma de estos dos planos, que crean una imagen fascinante. Los encadenados, de hecho, poseen esta condición mágica, la de crear, a través del encuentro entre dos imágenes, una tercera, abstracta, transitoria, sugerente. El momento resume el ánimo de Cemetery of Splendour, su capacidad de fascinar con muy pocos recursos.

    A favor: Los planos encadenados en el ecuador de la película.

    En contra: Que se pueda entender como una película difícil.

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