Lo de Aniquilación tenía muy buena pinta: Natalie Portman, un reparto sólido, una estética cuidada y una premisa de ciencia ficción inquietante. Pero lo cierto es que la película se queda a medio camino entre el cine cerebral y el espectáculo, sin llegar a destacar en ninguno. A mí me ha costado mucho mantener el interés. En más de un momento me vi tentado de quitarla, pero aguanté por respeto a la idea de fondo… y para poder opinar con conocimiento.
El guion, que prometía una exploración fascinante del cambio, la identidad y lo desconocido, acaba diluyéndose en largas escenas que no van a ninguna parte, personajes que apenas conectan y un ritmo que invita más a la siesta que a la reflexión. Sí, hay escenas visualmente potentes, pero no basta con imágenes bonitas si la historia no fluye. Y aquí, por momentos, da la sensación de que ni siquiera avanza.
No culpo al reparto, que cumple con lo que puede, especialmente Portman, siempre solvente. Pero la dirección de Garland, que en Ex Machina me pareció precisa y sugerente, aquí me resulta fría, incluso pretenciosa. Parece más interesado en las metáforas que en construir algo que emocione o intrigue de verdad.
Le pongo un 6 por respeto al género, a sus intérpretes y por algunas ideas que merecían mejor suerte. Pero si esta película ha acabado convirtiéndose en un referente para muchos, yo sinceramente no lo comparto. Para mí, es uno de esos títulos que se inflan por el envoltorio, pero que se desinflan al verlos.