Opiniones sobre Annette

Película francesa del 2021, de una duración de 140 minutos, con una valoracion de 4/10, bajo dirección de Leos Carax (en su debut en inglés), y guión de Ron Mael (componente de la banda Rock Sparks), con un presupuesto de 15 millones. Musical opera astracta.

Desde el icónico travelling de Denis Lavant al ritmo del Modern Love de David Bowie hasta las danzas felices en un puente iluminado por los fuegos de artificio de Los amantes del Pont-Neuf, desde la batucada festiva hasta el hermoso tema que canta Kylie Minogue en las derrumbadas Galerías Lafayette en Holy Motors, resulta evidente que el cine de Leos Carax llevaba el musical latiendo en su interior.

Annette es un oscuro aquelarre en clave de ópera-rock por obra y gracia del libreto de los Sparks, acumula los hallazgos libérrimos del ‘poscine’, apuestas de desgarros brechtianos en forma de niñas-marioneta, canciones ahogadas en su propio bucle– en un gesto suicida típico de su autor.

A la autodestrucción de Henry McHenry (un Adam Driver entregado a la causa, pura fisicidad, un cuerpo tan gigante como su ego), cómico de escenario que milita en las filas de lo políticamente incorrecto, le corresponden las heterodoxias arrítmicas de la puesta en escena, que responden a los impulsos de grandiosidad irónica de la partitura de los Sparks con las convulsiones de un realismo mágico sin límites, que acepta en sus normas de estilo un decorado de ópera que se abre a la inmensidad de un bosque o un viaje marítimo azotado por los celos y la pulsión de muerte. Annette es cualquier cosa menos una película cómoda: abrupta, redundante y pesimista, se empeña en lanzarse al abismo sin salvavidas. Es, en cierto modo, un antimusical, sí, también puede ser autodestructivo.

Funciona como reflejo de una sociedad engullida por la pantalla, intransigente, que lleva a los artistas a la más absoluta locura. Rompiendo todos los esquemas de la narrativa habitual, nos escupe a la cara que el cine es solo una historia, saca a la luz el aparato narrativo de la cinta y crea un espectador consciente de su propia realidad, llegando a romper la ‘’quinta pared’’, la de la mirada del espectador hacia una pantalla plana.
El filme comienza de forma muy agresiva, con un plano secuencia impecable que rompe nuestros esquemas. Pero a medida que avanza la trama se va haciendo cada vez más espesa, pesada y convencional, dejando a un lado su carácter rupturista. Podemos destacar el ritmo trepidante, que acelera y frena, apoyado por la banda sonora que deslumbra desde el comienzo
Ante el contraste de unas letras simplonas llenas de estribillos, en el que denota una preocupación en como suena, más que en lo que cuenta. Una esceografia que tan poco es que sea un prodigio ante el presupuesto que cuenta, y que por momento se entrelaza con el operistico, y en otras ocasiones se antoja un tanto videoclip.

Presenta una estructura desigual, que no acaba de convencer, con una narrativa que secciona demasiado las secuencias y no deja respirar una obra con falta de unidad narrativa. 
Un polivalente Adan Driver que bien alcanza tener un gran registro interoretstivo que va desde estar en este musical, a la epica meviaval historica de "el último duelo", y a la "Casa Gucci", por lo que bien se podria decir es su año profesional, esperaremos ver si alcanza alguna estatuilla.
Un bebe Annette de madera de aspecto terrorifico, en la que no se sabe muy bien que se pretendia con ello.

Lo mejor:
Su dinamico principio presentacion callejero, con el ‘hit’ ‘So May We Start’, y el gran registro interpretacion de Adam Driver.

Lo peor:
Es muy dura de asumir y acomodarse en ella, puede costar navegar estravagante desbordamientos.