Opiniones sobre Las furias

La película del Cineclub de ayer supone el debut de su director Miguel del Arco, prestigioso director teatral, en la gran pantalla, y eso se nota: la acción se desarrolla casi íntegramente en un único escenario y consigue de casi todos los actores creaciones memorables. por lo demás un drama familiar tan denso como cargante en las tensiones y desgracias.

Película española 2016, de una duración de 125 minutos, con una valoración de 6/10, bajo dirección y guión de Miguel Del Arcos, con un presupuesto de 1,5 millones.
Vena dramaturga de su director en su puesta de escena filmica, yendo de la tragedia al humor, el metraje cuenta la historia de Marga, una mujer de casi setenta años, y sus hijos, a los que anuncia escondiéndose en querer vender la casa de verano familiar para dedicarse a viajar. Para ello les invita a pasarse por allí lo antes posible para elegir muebles, enseres o recuerdos que quieran conservar antes de que la venta se lleve a cabo, y ante un ultimo encuentro familiar a un cambio de vida.
Las furias es la ópera prima cómo largo metraje, de Miguel del Arco como director. El cineasta no es un recién llegado al medio audiovisual porque su filmografía anterior está compuesta por varios cortometrajes y episodios en series de televisión. En el arte dramático ha ganado todos los premios nacionales posibles, como director y dramaturgo. 
Su fondo se asienta en un homenaje narrativo más al cine clásico, con ese plano en el que las tres divinidades griegas que son las furias, se aproximan gritando a la pantalla. Es un recurso enunciativo parecido a esos cuatro jinetes del apocalipsis que se veían cabalgar por el cielo, anunciando la miseria humana.
Hay mucho material susceptible de convertir el filme en un drama arrebatado (traumas del pasado, engaños, nuevas identidades, frustraciones, desequilibrios, perdidas de memoria), y un contundente poso teatral con los ecos de la obra que tanto les ha marcado. Pero las piezas no acaban de encajar y el exceso acaba por devorar a la intensidad.
Sí es cierto que en el conjunto de la historia se echa en falta un tono más oscuro, más trágico, acorde con la temática. Al contar con un reparto tan completo, el director parece que se confía demasiado y desatiende ciertas escenas de la película que podrían haber sido más intensas y potentes, ya que la historia daba pie a ello. A pesar de eso, estamos sin duda alguna ante un buen debut, una buena película que entretendrá y dejará al espectador pensativo y con curiosidad por encontrar los paralelismos entre los personajes y los mitos que nos presenta el director.
Su interpretación cuenta con la talla de primera categoria de José Sacristán (Leo), Carmen Machi (Casandra) Mercedes Sampietro (Marga), Bárbara Lennie (Julia), Gonzalo de Castro (Héctor), Emma Suárez ( Ana)y Alberto San Juan (Aki), el director demuestra una capacidad de lograr lo más complicado al lidiarlos sin que entre ellos se coman sus intervenciones, no haciendo sombra al centro de atención en cada escena, y haciendo que se den la réplica con humildad y tengan peso dramático en el instante preciso. En ese apartado Miguel del Arco cumple con veteranía su cometido. Con especial cuidado al elegir un actor secundario que se asoma con la misma fuerza que los otros siete, el gran Pere Arquillúe en Gus.
Una familia formada por Marga la madre, su actual pareja Julia, el ex-marido Leo, un actor retirado y afectado por la enfermedad de alzheimer en fase aguda, además de los tres hijos del matrimonio, dos varones y una fémina y la hija de esta última. A partir de estos personajes, y los que se relacionan más directamente con ellos, van apareciendo, sin dar tregua alguna, rencillas, desequilibrios psíquicos, infidelidades, secretos, envidias, fracasos o frustraciones, sentimientos que marcan y dirigen la vida de la práctica totalidad de nuestros protagonistas. El problema, probablemente por el origen teatral del autor, es que lleva las situaciones al límite, y el guion, elaborado por el mismo realizador, la puesta en escena, las interpretaciones o la narración en sí no se detiene ahí, en las simples o terribles rencillas que pueden surgir y existir en cualquier familia. Dichos conflictos fluyen y pueden contaminar a bastantes grupos humanos que conviven, o lo han hecho en el pasado, no estamos hablando de extraterrestres que habiten nuestro planeta, y no necesitan mayor intensidad o motivaciones oscuras para que se cree una obra loable y atrayente. Desgraciadamente, Miguel del Arco no se conforma con ello, y lleva actuaciones y situaciones más allá del límite, intercalando incluso algunos comentarios o reacciones que terminan creando falsas expectativas. La película no lo necesitaba, y finaliza con ese lastre, que acaba dejando un sabor agridulce. Ante esto todo el cuadro familiar se va desagrado a través de diálogos y conversaciones en las que se perfila la psicología de los personajes, una mezcla entre una furiosa sesión de terapia familiar y costumbrismo. 
Una interesante propuesta que te mantiene hipnotizado durante gran parte de su desarrollo pero que, desgraciadamente, merecía un desenlace más satisfactorio. En su lugar, nos ofrece un final alejado del conseguido clima del filme y que afecta claramente al resultado general. Aun así, ‘Las Furias’ es una recomendable y estimulante premisa que va más allá de las relaciones humanas.