La trama del filme es una adaptación elíptica y crepuscular de La Odisea de Homero, que busca reflexionar sobre el sentirse parte de una comunidad y las raíces, mostrando "dos movimientos universales que ya se encuentran en el mito de la Odisea: el de quedarse y esperar, seguir fiel a los orígenes, y el de marchar para romper las raíces y no vivir según lo que se espera de nosotros".
Es el segundo largomatraje dirigido por Eva Vila tras Bajarí, su anterior proyecto, que fue ganadora del festival Flahertiana de Rusia y en docsBarcelona, además de finalista a los premios Gaudí.
Este fue el único proyecto español que recibió apoyo de Eurimages, el fondo de apoyo a coproducciones europeas del Consejo de Europa, en 2015.