Ana Gómez siempre supo que sus padres no eran como los demás. Nunca pudieron casarse y ella, que nació en la cárcel, no lleva el apellido de su padre.
El 20 de octubre de 1943, mientras Europa se desangraba en una guerra mundial, la policía franquista mató en León a Lorenzo San Miguel, cabecilla de una red de espionaje que preparaba junto al MI6 un posible desembarco aliado en las playas del norte de España. Cuatro agentes fueron fusilados en Oviedo en mayo de 1944. Tan sólo 14 días después se inició el desembarco de Normandía. Pero para entonces, los restos de San Miguel ya descansaban en el cementerio. Ahora Ana Gómez vuelve a León después de 60 años para descubrir que alguien sigue poniendo flores en la tumba de su padre.
Flores para un espía es un documental dirigido por Daniel Álvarez de la Torre.
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