Película USA del 2020, de una duracion de 92 minutos, con una valoración de 5/10, bajo direccion de Aaron Schneider y guión de Ton Hanks, con un presupuesto de 50.300.000 millones.
En la segunda obra como largometraje de Schneider, y guión escrito por el propio Hanks y basado en la novela The Good Shepherd de Cecil Scott Forester de 1955.
Arranca en seguida en alta mar con una flota de aprovisionamiento a Uk con un convoy de 37 navios, en el que el Destructor Greyhound capitanea en su defensa, y el que se encara a una escuadra de u-boats alemanes.
Las órdenes van de uno a otro lado, el sónar capta frecuencias enemigas, decenas de personajes gritan jerga técnica marina difícil de entender, la persecución al submarino aleman es lo suficientemente tensa, y está filmada con la excitación necesaria como para mantener la tension al aviso de "alerta" .
Una vez superados los escasos 90 minutos de escaramuza belica que ofrece el metraje, se empieza a notar de lo que carece ante tanta mirada y tan poco dialigo ente el ordeno y mando. Da ha suponer que probablemrnte en el monento que baja la expectacularidad de efectos y tacticas, la cinta decae mucho, y esto se denota ante la intensidad del sonido, las muchas carencias narrativas del guion es abrumadora, y tal vez Hanks demuestra su inmadurez ante su tercer guión.
La mayor carencia del scrip es la ausencia de dar cavida a nadie mas que mismo Tom Hans, y que toda conexión aliada o enemiga externa es por radio, telegrama, o luminica, por lo que es imcompresible que se quiera encajonar todo a la perspectiva escenografica del puente de mando.
Si bien no se puede decir nada a la profesionalidad de Hanks en la que está tremendamente entregado en su tarea, como de costumbre, los numerosos secundarios se muestran aún más desdibujados, restando enteros a la tensión y a la muerte que bucea bajo sus pies encarnada un ejercito dumergible cruel y salvaje como lobos en manada.
Pese a que esta historia es ficticia ya que no hay registro de ello, sí que se tiene bastante constancia y evidencia de que la Kriegsmarine (marina de guerra alemana) actuó de firma bastante limpia sus ataques en la IIGM. Los submarinos debían identificar sus objetivos y recibir la confirmación del alto mando (a través de Enigma) antes de proceder a atacar, e incidentes como el del RSM Laconia demostraron que la marina alemana fue ante todo muy diplomática y bastante respetuosa dentro del contexto de la guerra. (Hay que aladir a colación que con el descifrado de enigma cuando los aliados empiezan a ganarle la partida a los submarinos). Se sabe también que fue Winston Churchill quien ordenó a sus barcos que olvidasen cualquier tipo de protocolo y fueran a estrellarse (y por ende, inmolarse) contra cualquier buque enemigo si se topaban con éstos. Por lo cual, este tipo de detalles resultan extraños en su precision; por contra se presenta a un capitan cristiano piadoso ante la perdida de todas las vidas.
Todo esto empaña la solvente tarea del oscarizado de cortos Aaron Schneider al mover la cámara, situándonos en cubierta en interiores como en exteriores con una fantástica percepción espacial y exprimiendo hasta la última gota del suspense que salpimenta un metraje que pide a gritos ser disfrutado en las mayores pulgadas posibles y sin distracciones que nos inviten a acelerar un casi ineludible proceso de desconexión.
Todo se resume en un cuento de crueles lobos, ovejas inofensivas, y mastines guardianes, y los padmstores la yoda poderosa aviacion, bajo la perspectiva cristiana de los vencedores aliados.