El barbero de Sevilla

Adaptación cinematográfica de la obra de teatro homónima escrita por el dramaturgo francés  Pierre-Augustin de Beaumarchais.

La acción de la película se sitúa en el siglo XVII. El conde Almaviva (Fernando Granada) es un seductor nato, no hay mujer a la que no intente ligar. Una de sus últimas conquistas es Susana, una mujer que está casada con un hombre de malos humos. Un día, el marido de Susana les descubrirá y el conde deberá huir en un carro tirado por caballos en el que conocerá a la bella Rosina (Raquel Rodrigo). Ambos parecen atraerse mutuamente, pero Rosina tiene detrás a Bartolo (Miguel Ligero), que tiene la intención de casarse con la chica en un futuro. Harto de su vida de seductor, el conde decide regresar a Sevilla para hablar con su amigo Fígaro (Roberto Rey), un barbero con múltiples dones. El conde le pedira a Fígaro que redacte una carta de amor para Rosina. Una carta que muestre todo lo que siente por ella.