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    Un lugar tranquilo
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    62 Críticas del usuario

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    cine
    Un visitante
    5,0
    Publicada el 10 de abril de 2018
    Me ha encantado, la verdad. Engancha desde el primer minuto, juega como quiere con las emociones y la tensión del espectador, y nunca había visto un uso del silencio con tanto significado, Me quedo con ganas de ver y saber más. ¿Habrá una segunda parte?
    cine
    Un visitante
    2,5
    Publicada el 21 de abril de 2018
    No es lo que me esperaba cuando vi el trailer, si ahi unos bichos que deben dar miedo pero tardan en aparecer. Y tanto silencio, para mi gusto no es bueno.

    La peli cuenta la historia de una familia intentando sobrevivir a unos bichos los cuales atacan el ruido, la primera media hora veremos como se las apañan sin hacer ruido pero luego los bichos aparecen mas y ponen en peligro la vida de la familia.

    Sinceramente tenian que haber empezado con como llegaron los bichos a la tierra y luego ya esta peli, porque ahi mogollon de preguntas sin resolver.
    David Filme
    David Filme

    16.235 usuarios 262 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 30 de julio de 2020
    "Un Lugar Tranquilo" es un sorprendente y destacable film de horror, dirigido y protagonizado por John Krasinski. En un futuro apocalíptico, una pareja y sus tres hijos deberán enfrentar la espantosa amenaza de unos monstruos alienígenas que atacan brutalmente a todo ser vivo que hace ruidos, por lo que deben aprender a vivir en silencio. El guión había surgido del interés de Beck y Woods por el cine silente de los 20s y el recuerdo de su niñez en zonas rurales alejadas del mundanal ruido y ajetreo citadino, aspectos que Krasinski conservó, además de potenciar temáticas dramáticas como la supervivencia y la protección incondicional de los padres a sus hijos en un contexto de extremo peligro y horror. Krasinski y su esposa, la actriz británica Emily Blunt, habían recién tenido a su segundo hijo en el momento de la oferta de la Paramount, por lo que Krasinski imaginó qué haría él como padre y cabeza de familia en un contexto apocalíptico como éste para proteger a su familia. El gran acierto de esta historia, de entrada, es no tratar de explicar nada. La situación es la que es. Justificar semejante cosa sería una osadía, de esas que vapulean la paciencia del espectador. Así pues, se nos presenta a bocajarro, un tenso ejercicio de suspense, algo rutinario pero satisfactoriamente eficiente.

    En un principio Blunt había mostrado rechazo por protagonizar una trama claramente estresante y agobiante como ésta, en especial de recién haber dado a luz. Aún así, tras haber leído detenidamente el script finalmente aceptó al ver el grado de compromiso que Krasinski había entregado en el proyecto y compartir con su esposo una carga emocional que sólo una pareja recientemente bendecida con un hijo podría asumir. Gran parte de la enorme eficiencia del film radica en su inteligente y dinámico guión. La escena inaugural de la cinta es toda una declaración de principios de Krasinski con esa brutal y sólida, pero a la vez desoladora y aniquiladora secuencia en el puente, una propuesta no sólo arriesgada de parte del director, sino también absolutamente decidora respecto a los derroteros que la trama terminará por tomar, siendo entonces una primera clave narrativa a destacar. Sin embargo, ésta no es más que la consolidación de una inteligente propuesta de narración por inferencia que antecede a esta secuencia, luego de que se nos explique en forma notable los espantosos acontecimientos que ocurren sin siquiera un diálogo convencional y sólo recurriendo a gestos, señas y otro tipo de claves narrativas que no incluyen la articulación de palabras. Ello nos lleva a la impresionante construcción de un clima extremadamente tenso y desesperante. Al cual Krasinski somete a un espectador recientemente impactado por el crudo prólogo y consciente que el director no tiene límites ni tapujos para explorar y traspasar los umbrales emocionales más fuertes.

    Sin embargo, creer que sólo se vale de hechos e imágenes fuertes para sustentar este clima totalmente depresivo y doloroso y obviar que también se encarga de trabajar los aspectos emocionales más importantes de los personajes sería no hacerle justicia a su enfoque comprehensivo. De esta forma, también explora y construye una interesante reflexión sobre la falta de comunicación de padres e hijos. En cuarto lugar, otra de las claves narrativas del guión es la decisión de prescindir del protagonismo de los personajes claves. En ese sentido, y sobre todo cuando se opta por un grupo de personajes muy reducido, a la postre 5, dos adultos, una adolescente y dos niños. En quinto lugar, por supuesto no puedo dejar de mencionar la habilidad del director de trabajar el silencio. Hacer ruido es esencialmente parte intrínsica de nuestra naturaleza humana, lo es desde nuestra primera respiración y llanto al nacer como también al momento de fallecer, y lo es más aún durante toda nuestra existencia. Ya sea el alarido de las contracciones de una madre en la previa a dar a luz, el dolor que causa enterrarse un clavo en la planta del pie, el alborotarse por jugar con un juguete electrónico, sembrar, cosechar o pescar. Krasinski y su grupo de actores rinden total eficacia a la premisa de no hacer ruido para sobrevivir a la amenaza alienígena, que obliga a la raza humana literalmente a anular de forma antinatural uno de sus rasgos más elementales.

    Las actuaciones del reducido elenco actoral son notables, comenzando con el propio John Krasinski y Emily Blunt como Lee y Evelyn Abbott. Como pareja real demuestran tener una gran química y afiato, en especial en las pocas secuencias que tienen juntos ya que el guión los mantiene esencialmente separados en los frentes emocionales que suponen sus hijos, sin embargo, al pragmatismo de Krasinski, habría que resaltar de sobre manera la performance de Blunt que se echa gran parte de carga emocional en los hombros, en especial en la espeluznante secuencia en que debe afrontar su parto sola, lastimada y asechada por las espantosas criaturas alienígenas. Los jóvenes Millicent Simmonds y Noah Casford Jupe constituyen una gratísima sorpresa, al interpretar a los hijos de la pareja, Regan y Marcuss Abbott. Simmonds está genial en su papel de hija sorda (discapacidad que también sufre en la vida real).

    En definitiva, una excelente película de suspenso y terror apocalíptico que tiene sus mayores méritos en su inteligente y original propuesta, que brilla a su vez por una equilibradísima concepción de lo que es lo dramático, lo emocional y lo terrorífico, y por su enorme eficacia a la hora de desesperar, pero también sobrecogeder al espectador. Así, el director sorprende gratamente al utilizar el silencio para acallar los gritos de un género que imploraba por historias distintas, haciendo de ésta una excelente opción para quiénes gustan de este tipo de películas. Cinta modesta, que logra en los últimos minutos que pienses: que acabe ya esta pesadilla, si apreto más el estómago implosiono.
    Pipe C.
    Pipe C.

    9.037 usuarios 160 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 10 de mayo de 2018
    Desgañitamos de agradecimiento frente a una arcaica vertiente del cine revivificada por el suspense post-moderno: el silencio.

    Nadie nunca hubiera vaticinado que uno de los hombres más queridos y recordados de la televisión cómica norteamericana sería quien diera un vuelco de ciento ochenta grados al género mainstream del thriller de horror. Una serendipia que, dirigida, co-escrita y protagonizada por el señor John Krasinski, es una indómita y sigilosa bestia cinemática que no patina en el trio de géneros que la componen, suministrando una jugosa cátedra sobre cómo erguir excelentes montajes de drama y tensión usando como medio un ensamblaje que respira coherencia, fuerza y originalidad. Tristemente, no se roba el rótulo de clásico moderno o imprescindible game-changer debido a evidentes y perjudícales fallos que debilitan las enormes posibilidades que proveía. Reafirma el brioso renacimiento del género, permitiendo que el espectador viva un relato de estructura básica pero desarrollo complejo, de ritmo pasmoso pero intenso, de imágenes agresivas y poderosas; un delicioso coctel de emociones en donde la inteligencia y la calidad logran disipar con facilidad los problemas que únicamente son detectados a través de una mente severamente objetiva y critica, una mente que estaba entusiasmada por toparse con la nueva “Don’t Breathe”, una mente que salió del cine agradado pero confundido y sinceramente insatisfecho.

    Mantener al borde del asiento al asistente por más de una hora es impensablemente complicado; palomitas de maíz, llamadas telefónica, mensajes de texto, un fragoroso— e incordiante —individuo que no hace silencio o, en el peor de los casos, unas sucesión de imágenes en pantalla que no logra captar acertadamente la atención son factores que influyen drásticamente en la correcta experiencia cinematográfica que el espectador debe tener, por tal motivo, cada cineasta debe velar por la efectividad y la dinámica de su proyecto, independiente del género o la visión del director, siempre debe tener la mente del espectador en juego; el gran e inacabable problema es que muchos lo consiguen mediante grandilocuentes y huecos set-pieces que en la mayoría de las ocasiones son puras incorporaciones ajenas a las necesidades de la historia. Por tal razón, es una grata sorpresa y un orgullo ajeno observar como un teatro entero está en fascinante estado de alerta, ya sea por interés o incomodidad, girar mi cabeza y vislumbrar en la oscuridad a una considerable cantidad de personas con rostros de angustia como respuesta inmediata es una sensación de inenarrable satisfacción, sin embargo, lo ciertamente impresionante y abrumador es que este gran logro lo consiguió una historia en la cual los diálogos a voz brillan por su ausencia— bueno, exceptuando ciertas intervenciones explícitamente requeridas, —acentuando la complejidad de tan envidiable hazaña, sin duda, hacer esto no es nada fácil, y esta película respira maestría en este campo.

    ¿Cuál fue la última vez que viste un filme de suspenso proveniente de un estudio Hollywoodense casi mudo? Parece que esta pregunta carece de respuesta. La principal característica constructora de originalidad aquí es su capacidad de mudar en un filme casi silente, eso ya de por sí es un bombazo. Con un extralimitado uso de diálogos y una intrépida destreza en concebir con coherencia y vigorosidad una relato inapelablemente cautivador, parece imposible construir un filme sin la voz de sus protagonistas, para muchos artistas es requisito para la legibilidad narrativa, ya que son con los personajes que el espectador entabla una conexión, sin embargo, no todas las historias toman este tipo de caminos. Desde la página número uno de guion lo que los escritores Scott Beck y Bryan Woods deseaban era plantar una historia en absoluto silencio, pues precisamente este fue el eje argumental alrededor del cual la historia derivaría, en atención de lo cual su casi completo protagonismo y sus increíbles resultados vuelven al filme en referencia, pues además de las imágenes, se lucra de las inmejorables actuaciones e increíbles trucos cinematográficos para reemplazar el vacío imperceptible dejado por la carencia de ruido humano. A grandes rasgos, esta herramienta parece ser el motor de la idea, sin embargo, analizando mi propia experiencia y la de algunos espectadores, tal factor no funcionó al cien por cien. Concordamos en que las primeras dos mitades del filme, pese a determinados momentos excepcionales, caían precipitadamente, se perdía la constancia del esporádico ritmo dinámico y frenético, originando tristemente la desconcentración o la desconexión del público con la obra. Pero son fallas y caídas eventuales, rápidamente salvadas por las secuencias previamente mencionadas, las cuales comparten autenticidad, belleza y horror en cantidades equiparables.

    El segundo gran acierto es, por supuesto, la historia. Dividida a manera de capítulos en forma de días, el establecimiento de una utopía no muy lejana al presente posiciona la trama como un rico centro de ambiciosas posibilidades, las cuales sabe cómo utilizar muy bien. Emplazada alrededor de bosques anaranjados, un hermoso rio y una casa campestre adornada por maizales, la historia pone su ojo sobre una familia americana que se ve seriamente afectada por una literalmente inexplicada extinción humana, la cual, en una especie de moderno twist al clásico de George A. Romero, se vio agresivamente reducida por unas aniquilantes creaturas, muy parecidas al alíen de Ridley Scott, que poseen un sentido de la audición hiperdesarrollado, bestias rechinantes que han impuesto una sola regla a aquel que quiera sobrevivir: cero ruido. Con esta configuración, la familia emprenderá un completo camino hacia el infierno de la supervivencia en una tierra en donde nada se ve, pero todo se oye. Aunque muchas veces el cine ha mostrado a la humanidad como especie en vía de extinción— claro que en la mayoría de adaptaciones fílmicas juveniles, —nunca una historia de horror lo había hecho de manera tan inteligente e inmersiva, aquí las monumentales destrucciones no son de metrópolis o naciones, las destrozadoras jugadas son las de los giros de tuerca y las consecuencias que dejan a su paso estos horrorosos animales de óxido. Asimismo, el guion permite a cada uno de sus personajes desarrollarse de manera orgánica, emocional y cohesionada, pues las acciones de un miembro repercuten en el otro, formando así una cadena compleja en la que cada personaje es vital para el otro. Los plot twists son lo que deben ser, inesperados y dolorosos. Desgarradores, sencillamente aflictivos pues son estos los que suscitan las lágrimas de muchos silenciosos, momentos lacrimógenos extremadamente bien logrados, un metraje fértil en preocupaciones. Sin embargo, muchas resoluciones caen en lugares comunes, verbi gratia, poner a un personaje importante en peligro en primera instancia parece arriesgado, en realidad muy pocos se creen en verdad que algo grave le ocurra, y esto es una pena porque le resta puntaje al tan increíble manejo de tensión que se le brinda al último acto; pero cuidado, no te confíes, porque sorpresas abran, sorpresas impresionantes.

    Merece la pena destacar el subyacente carácter social y político que reviste al guion, cuestiones con chance de controversia y debate. Situar los primeros minutos de la historia precisamente en el año en que un nuevo presidente americano subió al podio o esparcir enigmáticos y renombrados periódicos en paredes y sendas atribuyen una denotación latente de índole política, haciendo, tal vez, énfasis en el gran papel que Estados Unidos tiene dentro de esta aniquilante distopía. Nunca se revela claramente la procedencia o el propósito de las creaturas instintivas, pero podría atribuírsele algo de responsabilidad a algún tipo de gobierno autoritario; una ficción no muy alejada de la realidad.

    Soñar no tiene precio, por ello me encuentro en mitad de la línea divisoria que separa a aquellos que apoyan y no apoyan la teoría de que el filme de Krasinski hubiera encajado como anillo al dedo en la poco-correlacionada franquicia de J. J. Abrams, “Cloverfield”. Relacionarla con la onda de suspense y thriller del peliculazo de Dan Trachtenberg parece más lógico y acertado que con las de Matt Reeves o Julius Onah. Si se parangona una con la otra detalladamente es posible detectar varias semejanzas tales como la desaparición de cualquier salvación humana, aniquilamientos a manos de entidades desconocidas— posiblemente de ascendencia extraterrestre, — personajes cautelosos e inteligentes, construcciones de sobrecogedoras secuencias de tensión, desarrollos dinámicos y dramáticos sobre los personajes y un gusto inusual y agudamente audaz para darle un giro de tuerca al storyline. Quizás, cuando el mismo estudio productor de la franquicia les ofreció esta alternativa a los escritores lo que principalmente los detuvo en aceptar adherirla a su universo era su extremo parecido con dicha obra, no en esencia, en forma, concluyendo que, pese a la valentía y originalidad de la idea como un filme independiente, no encajaría con el patrón medianamente correlacionado pues se sentirían bastantes cercanas, y según las mentes creativas de Bad Robot, ellos tejerán su inusual universo cinematográfico con géneros y temáticas apolares que, llegado el momento, se compactaran en un todo coherente, una especie de Marvel Studios; y mirándolo bien, este es uno de los pocos estudios que han logrado satisfactoriamente un verdadero impacto con su universo compartido. De igual manera, analizando la naturaleza de la propuesta, el eje central del filme violaría las reglas de la franquicia, pues desde 2008 con la obra inaugural se estableció la aparición de una(s) bestia(s) de proporciones colosales, es decir, las creaturas que aterrorizan a los personajes en cuanto un sonido llega a sus oídos no podrían aparecer tan explícitamente como lo hacen en el filme, sería contraproducente, por lo cual era insano instalarla tanto para el desarrollo del guion como para la coherencia del universo y su aun inexplicable monstruo.

    Solo siete personajes en pantalla, tres de ellos mecanismos narrativos de único uso, pero la historia se mantiene a flote, en gran parte por las destellantes y cameladoras actuaciones. Claramente el amplio reconocimiento de la pareja protagonista ayudó en el alcance global del filme y el feeling de cada momento, posible debido a que padre y madre son marido y mujer en la vida real. Tras ocho años de casamiento, los nuevos ‘brangelina’ — con total respeto —consiguen retratar una relación ficcional tan sentimental, humana y tangible como la que ellos poseen, es perceptible la chispa y la autenticidad de las emociones, pues en pantalla relucen juntos y por separado. Siempre y según los actores, la verdadera razón que impulsó tal consecución fueron sus propios hijos. Es difícil afirmar si ellos ejecutan roles principales o de soporte, no obstante, sí se puede concluir que cada uno de ellos es clave a lo largo de la hora y media de metraje. Sin hesitación, Krasinski es quien lidera su propia película. Interpretando a un padre austero y protector, aterrado pero constantemente preparado, el actor americano demuestra temor y amor con una fuerza desbordante, descolla cada vez que aparece en escena y sin duda alguna logra disipar, aunque sea por unos cuantos minutos, el estereotipo de estrella cómica. A la par, su esposa Emily Blunt también conoce como robarse toda la atención; el poder de su mirada, la indefensión y ferocidad maternal es palpable en su papel de Evelyn Abbottm, ella es lista, abnegada y simpática; encarna lo que por madre se debe entender con tanta dulzura y credibilidad que nos duele hasta al más mínimo rasguño, tanto físico como emocional; otro papelazo para archivar en el amplio catálogo de la actriz, quien aquí hace su primera incursión en el cine de terror. La jovencita Millicent Simmonds, principal en el filme más reciente de Todd Haynes “Wonderstruck”, es el personaje más adusto y rebelde, fantástico que tal cargo haya sido dado a un personaje de tal edad. No hay trabas en el camino de esta actriz para trasmitir lo que siente, creemos su frustración y sus culpabilidades, sabemos que no hace lo correcto y hacemos lo imposible para que se percate de sus equivocaciones; un gran anuncio y una nueva adición para una insólita larga lista de recién llegados a la actuación. Para finalizar y no menos importante, el pequeño Noah Jupe, quien con su carisma y su inherente ternura se convierte en el personaje más vulnerable y, como consecuencia, por quien el público más sufre, tiene un papel importante con el desarrollo de la idea y termina siendo su presentación oficiale tras sus pequeñas oportunidades en “Wonder” y “Suburbicon”. Por supuesto, el lenguaje de signos ejecutado por todos los actores aumenta la dificultad y por ende los resultados de cada interpretación, elevando aún más las incorregibles performances.

    No hay queja alguna a nivel artístico, de hecho, aquí es donde lanza algunas de sus mejores cartas. Principalmente, los inteligentes movimientos de cámara son los que lideran pues engloban la esencia del momento planteado; los dolly, zooms, los enfoques y desenfoques y algunas tomas cámara en manos con los personajes en plena carrera trasmiten inseguridad e incomodidad. Del mismo modo, los ángulos determinados por el cineasta/actor se acoplan con el significado de la escena, las imágenes adquieren poder narrativo, necesario debido a la ausencia de diálogos constantes. La cinematografía de Charlotte Bruus Christensen, quien previamente había trabajado en obras del calibre de “Molly's Game”, “Fences” y “The Girl On The Train”, consigue una imaginería inigualable, amenazadora y alarmante todo el tiempo, nunca permite que el espectador se sienta confiado, menos sosegado, entre la frondosidad del bosque o los tupidos cultivos de maíz. Apoyándose en un grupo de arte y diseño de producción numeroso, el filme muta en una especie de prueba en la cual el mas mínimo error (crujido) conlleva al peor destino, hay marcas que indican donde pisar y donde no, se eliminan los elementos ruidosos, no se usa calzado y todos los caminos están delimitados por arena blanca que luce más siniestra de lo que debería, siquiera los lloriqueos de un bebe son permitidos en un mundo que debe permanecer para siempre en mute.

    Christopher Tellefsen merece reconocimiento personalizado gracias a su decisión de reducir lo más posible la duración, sintetizando lo que se debe y desechando lo que no aportaba, enfocando la esencia de un filme de género entretenido. El tiempo pasa volando ya que las situaciones se ubican en el lugar correcto, elecciones cuidadosamente beneficiosas. Terminada la visualización, encontré cuatro escenas para el recuerdo, las cuales se nutren del conjunto de componentes artísticos y creativos para alcanzar tales niveles de efectividad y prolijidad inmejorable: la primera toma lugar tan solo en el comienzo, justo antes de que los títulos principales hagan su aparición en forma de polvo desvaneciéndose; la segunda es el incidente de los pequeños dentro de un silo; la tercera es un sacrificio que le exigirá a la mayoría unos cuantos pañitos y la cuarta, que se exhibe en el último acto, es protagonizada por Emily Blunt en una bañera y el peligro al acecho, sin duda brutal y personalmente la mejor.
    Sonoramente cumple, pero no maravilla. Aunque las imágenes debían cumplir la función narrativa que los diálogos no podían, el acompañamiento sonoro debía ser excepcional, igual de original a las ideas su guion y terriblemente inquietante como debe serlo en una película de terror. La banda sonora del dos veces nominado al Oscar, Marco Beltrami, no tiene mucho que resaltar debido a que se conforma con simples composiciones ambientales y los sonidos atronadores a máximo volumen en donde las creaturas hacen su entrada, es bastante corriente por decirlo de alguna manera. Una amplia insatisfacción teniendo referencias tan potentes, sin embargo, la más grande decepción fue el trabajo de edición de sonido, el cual ejecuta su función a medias, no utiliza una característica tan importante de la manera que debería, un error perjudicial. Si bien en varias ocasiones se consigue un buen impacto rompiendo el silencio con algún accidente sonoro, no se exploran ni explotan todas las alternativas que la historia posee.

    Con su tercer trabajo como cineasta, John Krasinski irrumpe como una voz inventiva y atrevida para el género del suspense. Su filme es una clase de construcción de tensión, así como un deleite visual posible gracias a una perspectiva emocional y emocionante sobre una historia que no se derrocha. Es increíble ver cómo entiende la función de cada movimiento de cámara, sabe mantener un timing exquisito entre los personajes y construir viciosas secuencias que dejan blanco al espectador. Se valora la priorización de la coherencia e inteligencia narrativa, poniendo en primero plano a los personajes, no relegando eficientes jump-scares con atmosferas irrespirables que conllevan a un clímax que te roba el aliento. Pan caliente sobre las mesas de los grandes estudios, se anuncia como uno de los más innovadores cineastas y escritores de Hollywood a costa de este espectacular debut que cogió a todos por sorpresa— solamente miremos los resultados en la taquilla global, ganando con el tercer mejor estreno para una cinta de “horror”, — no por su faceta como actor, sino por sus inesperados dotes de entendimiento en cuanto a construcciones cinematográficas se refiere.

    “A Quiet Place” de John Krasinski es una pesadilla distópica descrestante que lleva al límite la sensibilidad del reticente espectador que terminara por rendirse ante el suspenso y el horror que desprende la complicada vida de esta preparada familia. En ocasiones intensa, emocional e irrespirablemente tensa; la humanidad en sus mecanismos narrativos, el poderío de las imágenes y la incombustible chispa entre los protagonistas garantizan una de las mejores incursiones en el género para este año; al igual que “Get Out” de Jordan Peele, nos agarra de improvisto que tantos artistas cómicos guarden tremendas mentes creativas para géneros distintos, quien lo diría, encontrar horror en el humor. Grandes logros y promesas rotas, el filme deja un sabor inexplicablemente agridulce, tal vez más agrio que dulce, pues desilusiona comprender que la mayoría de las veces que el buzz catapulta un filme termina siendo un disonante chillido promocional.
    Alfonso ..
    Alfonso ..

    27 usuarios 21 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 21 de abril de 2018
    Pelicula entretenida,como puntos fuertes como juega con el silencio y la tensión desde principio a fin como resultado a la intriga se te hace corta la película y como puntos débiles el final y la historia de algún personaje después no abría estado mal meter alguna palabra para escuchar mas mi conclusión película para ver en casa en tv(o que te regalen la entrada);)
    Dario Lapicki
    Dario Lapicki

    61.622 usuarios 450 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 5 de julio de 2018
    En el argumento está todo el desarrollo de la película. Transcurre íntegramente en silencio por el ataque de las criaturas que invadieron inexplicablemente la tierra. Supervivencia familiar con suspenso y solo suspenso. Algo lenta pero interesante.
    David1708
    David1708

    3.663 usuarios 138 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 18 de julio de 2018
    Espectacular ....100%100 recomendable....muy buena de principio a final...................... ...........................................
    Antonio F
    Antonio F

    2.990 usuarios 121 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 15 de abril de 2018
    Un lugar tranquilo es una de esas películas a las que se les puede perdonar alguna cosilla pues durante toda la película es capaz de crear una atmósfera opresiva, de tal forma que resulta un buen entretenimiento.
    David E.
    David E.

    4 usuarios 8 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 21 de abril de 2018
    “Un Lugar Tranquilo”, una película de terror muy recomendable... y muy bien hecha... a parte de ser terrorífica ☠️🤡💀
    José V.
    José V.

    3 usuarios 12 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 9 de mayo de 2018
    No tenía muchas esperanzas en la película. Las películas de ¨terror¨ no suelen ser demasiado buenas últimamente.
    Sin embargo, fue una grata sorpresa; es una película lenta, con muy muy pocas voces, pero sí que tiene dialogo. Precisamente el punto de que se hable tan poco y haya tan pocos ruidos hace que te envuelva en un ambiente de tensión.
    No soy un entendido de esos que ven arte donde hay basura, pero esta película está muy muy bien hecha.
    Recomendable sin duda.
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