Crítica de SensaCine.com para M:I-2: Misión Imposible 2: Ethan Hunt 2.0

Tras el éxito conseguido con la primera 'Misión: Imposible', Tom Cruise no tuvo prisa en volver a ponerse en la piel de este ultramoderno agente secreto. Al revés que la mayoría de sagas de Hollywood, las películas de 'Misión: Imposible' no parecen hechas por el simple deseo de llenar las salas con películas clónicas a las que solo se les añade un número más al título. Cada película de la saga parece hecha a la medida de su director. Así, en esta segunda entrega, la responsabilidad de la dirección cayó en manos del hongkonés John Woo, autor de un reconocido estilo excesivo e incluso onírico, pero también de enorme efectividad.

Así que frente al Ethan Hunt calculador y perfeccionista de la obra original de De Palma, Woo plantea un agente mucho más macarra y pasado de vueltas, con el pelo largo, amante de los deportes extremos y de pose chulesca. Dejando de lado los gazapos de guión (esa inolvidable y pesadillesca mezcla de fallas, feria de Sevilla y Semana Santa), la película combina con gran acierto el cine de acción más explosivo con un triángulo amoroso mejor llevado de lo habitual, que atrapa a Ethan Hunt entre dos ex-amantes criminales interpretados por los británicos Dougray Scott y Thandie Newton. Por eso, pese a que la película es mayormente recordada por sus escenas de acción que sobrepasan ampliamente el límite de lo verosímil (especialmente aquellas que suceden a bordo de vehículos), es también un poderoso y sutil drama sentimental, que aparece escondido entre toneladas de explosiones.

A favor: Que no se limite a ser una sucesión rutinaria de explosiones.

En contra: Que para encontrar su propio camino desdeñe los enormes logros de la película original de Brian De Palma.