"Los Fabelman" (2023) de Steven Spielberg - Crítica de Javier Vázquez (19/02/2023)
*AVISO* Se recomienda leer la crítica después de haber visualizado la cinta. Puede contener revelación de detalles de la trama (spoilers).
Los Fabelman es la película autobiográfica de Steven Spielberg y también la más sentimental, en dónde llegó a emocionarse en más de una ocasión durante el rodaje, y es debido a que nos cuenta el drama que pasó con su familia debido a la separación de sus padres y cómo le afectó, y, sobre todo, sus inicios como pequeño director.
Los Fabelman representa para mí, sin lugar a duda, una de las películas con la que más me siento identificado, sobre todo con el director de “E.T. El extraterrestre”, pues su forma de mirar el cine se corresponde con la mía. Esa pasión que demuestra y desempeña detrás de la cámara, hace que me sienta muy en consonancia con él. La manera de amar las cintas, el proceso de montaje, las cámaras… Todo ello soy yo.
La película denota una buena dirección, porque es Spielberg, y pese a que nos guste más o menos alguna de sus obras, no podemos ignorar que es una joya de director, y más sabiendo que esta película significa tanto para él, en la que cada detalle está minuciosamente cuidado, como en las primeras escenas que vemos de la película de los vaqueros en el tren, arroyando un coche. Primera película que ve el joven Sammy Fabelman “Niño” (Mateo Zoryon Francis-DeFord), escena que le deja huella, y que más tarde representará y filmará con su tren de juguete gracias a la cámara de su padre Burt Fabelman (Paul Dano), prestada en secreto por su madre Mitzi Fabelman (Michelle Williams).
La gran influencia de Sammy en el mundo del arte, es gracias a su madre Mitzi, pues es una mujer con un fuerte espíritu artístico, que deja volar su imaginación y apoya incondicionalmente a su hijo. Al contrario, en cierto modo, que el ingeniero informático de su padre Burt, que insiste en que acabe la universidad, pues ve una afición en lo que para Sammy es su vida.
Sammy Fabelman, junto a su mejor amiga, la cámara de vídeo, empieza a curtirse en rodajes que hace en compañía de sus hermanas, y que continúa en su adolescencia.
Sammy Fabelman “Adolescente” (Gabriel LaBelle), se presenta al concurso de fotografía de su universidad, dejando claro que quién manda es él, pues su forma de rodar y contar películas es digna de admirar, consiguiendo con ello el premio.
Los Fabelman se van de acampada con el mejor amigo de la familia Benny Loewy (Seth Rogen), y Sammy, como era de esperar, filma todo lo que ocurre, pero durante el montaje, ve que su madre Mitzi y Seth están cogidos de la mano, y que los ojos de su madre brillan cuando está junto a él, efecto que produce en Sammy un rechazo hacia ellos, llegando a ignorarles.
Esto desembocará en la futura ruptura de sus padres y haciendo que la vida de Sammy sea más amarga.
Pero esto no es lo único malo que tiene, pues en la universidad está siendo victima de acoso por el guaperas de turno de Logan Hall (Sam Rechner) que junto a Chad Thomas (Oakes Fegley), hacen más dura la estancia de Sammy en la universidad.
La vida de Sammy se tambalea, pero lo único que perdurará en su vida es su amor por el cine.
Como bien hemos comentado antes, Burt no está del todo conforme con que Sammy se dedique en cuerpo y alma a su “afición”, pero entiende que es su vida, y que al igual que su madre, conseguirá lo que se proponga soñando, así que el padre, le prepara una pequeña sorpresa diciéndole que revise el correo, pues en el está una carta de un estudio de cine y televisión, en respuesta a una que escribió Sammy deseando ser participe de la gran familia que representa el cine y la televisión. Una vez leída la carta, Sammy se presenta en el estudio, dónde aprenderá una valiosísima lección, a manos de uno de los más grandes directores de la historia del cine, John Ford, el cuál le dice que cuando aprenda que grabar con el horizonte arriba y abajo está bien, y que en el medio no, será capaz de realizar grandes películas.
Y yo creo firmemente, en que Spielberg ha sabido perfectamente interpretar esas palabras, pero no son las decisivas para haberse convertido en lo que es, pues como muchos otros grandes cineastas, Steven Spielberg lleva cintas y cintas de rollo de película, corriendo por sus venas, desde el mismo día que vio su primera película.
Spielberg sabe como hacernos sentir emocionados y en tensión, pues su película “Los Fabelman” tiene puntos para emocionarse, como son todas esas escenas en que vemos reflejados en los ojos de Sammy su pasión por el cine cuando está filmando con su cámara, y en tensión en los momentos donde los matones de la universidad le pegan y se meten con él.
Tiene muy buenos puntos, tanto de drama como de comedia, es una bonita película, que cuenta con la banda sonora, como era de espera, de John Williams, otra relación inseparable director/compositor.
La actuación de todos y cada uno de los interpretes es excelente, a destacar la madre de Sammy, Mitzi, la cual sabe hacernos llegar sus sentimientos más profundos de pena y alegría.
Aún no siendo de mis preferidas de Spielberg, he de reconocer que es una película recomendable de ver, solo en el caso en el que aprecies el cine, pues puede llegar a ser un poco… No pesada, pero si un tanto lenta, y no para todos los gustos, pues fue la primera película en la que vi a gente salir de la sala.
“Los Fabelman” es una película que significa mucho para mí y que agradezco a Spielberg haberla hecho, pues siento una conexión con él, y muy identificado con su amor al séptimo arte.