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    El faro
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    Andrés A
    Andrés A

    9 usuarios 24 críticas Sigue sus publicaciones

    1,0
    Publicada el 29 de junio de 2020
    causa un poco de intriga al principio, esperando algún desenlace que te diga, wow esta si es una película, lo cual nunca llega, me quedé dormido, pero persistí en terminarla para descubrir en realidad que pasaba y luego de acabarla debo decir que esta es una de esas películas de las cuales no debí haber persistido
    David Filme
    David Filme

    16.204 usuarios 262 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 23 de julio de 2022
    "El Faro" es una opresiva y absorbente pesadilla psicológica, dirigida por Robert Eggers y protagonizada por Willem Dafoe y Robert Pattinson.
    Nueva Inglaterra, década de 1890. Un veterano farero y su joven ayudante deberán mantener en buenas condiciones el faro de una remota isla por un mes a la espera de su relevo. Sin embargo, su difícil convivencia los sumergirá en una espantosa pesadilla. La genésis del film se remonta incluso al estreno y éxito de su notable ópera prima, hacia 2013 cuando el director debutante y su hermano guionista Max hablaron de la posibilidad de rodar una reinvención de un inacabado cuento de Edgar Allan Poe, publicado y nombrado por George E. Woodberry, finalmente, en 1909, 60 años después de la muerte del legendario literato. Dicho cuento, que trata sobre el estado de aprensión y paranoia de un solitario farero en una isla escandinava, probaría ser más complicada de adaptar, principalmente porque Eggers no terminaba de reflexionar sobre qué bases conceptuales y trasfondos tendría su propuesta narrativa. Por lo que mientras esperaba la confirmación del financiamiento de "The Witch" (2015), que llegó finalmente a fines de 2014, optó por investigar más sobre la desconocida faceta de los guardianes de faros, con un borrador tentativamente llamado "Burnt Island". En dicho proceso, los Eggers descubrirían un mito de 1801 acerca de dos fareros en la localidad galesa de Smalls Lighthouse, en el cual uno terminaba muerto y el otro loco. El hecho de que ambos hombres se llamaran Thomas le daría a Robert una primera certeza narrativa, el filme trataría sobre la identidad. Sin embargo, Robert dejaría suspendido el proyecto para filmar su debutante y espeluznante cuento folclórico sobre la brujería.

    Tras el inesperado éxito y aclamación de "The Witch" (2015), Robert Eggers se encontraría en una posición privilegiada para impulsar su segundo film ante los ejecutivos de A24 y daría prioridad a lo que sería "The Lighthouse" (2019) entre otros proyectos. Así, junto a Max, reanudarían su documentación sobre los faros y se concentrarían en el período de mayor auge de estos a fines del siglo XIX, fuertemente impulsado por los avances de la electricidad. Consultaron diversas fuentes, como fotografías de la Nueva Inglaterra de los 1890, películas francesas de temática marítima de los 1930, pinturas simbólicas de artistas como Albretch Dürer y Sascha Schneider, literatura de escritores como Herman Melville, Robert Louis Stevenson, H. P. Lovecraft y Sarah Orne Jewett e incluso obras teatrales de Samuel Beckett, Harold Pinter y Sam Shepard, que remitían a su pasado como estudiantes de teatro. Todo este proceso y variedad de fuentes de inspiración, como veremos a continuación, consolidarían un proyecto cinematográfico cuya base narrativa y proyección plástica se volverían muy ambiciosas (pretenciosa, quizás, para los más críticos), además de multidimensionales y multi interpretativas, un film definitivamente inclasificable, pero totalmente absorbente. De esta forma, desde un punto de vista narrativo, la película representa una absoluta encrucijada. Claramente es mucho más que una brutal historia de supervivencia, la encarnecida lucha generacional y de poder entre el veterano farero y su nuevo ayudante o la impactante confrontación de dos concepciones existencialistas totalmente diferentes, sino un verdadero viaje pesadillesco a la psique humana de sus protagonistas y, de paso, del espectador, en el cual se les sumerge en un torbellino de egoísmos, remordimientos, frustraciones y alucinaciones.

    Decía yo que tiene un marcado rasgo multidimensional y multiinterprativo, primero, porque se adentra exitosa, pero no menos confusamente en diversos géneros como el terror, el thriller psicológico, el survival y hasta el surrealismo y, segundo, porque puede despertar, aparte de un posible desconcierto, notables y diversas interpretaciones y lecturas que van desde lo mitológico y religioso hasta lo psicocriminal y psicoanalítico, en donde lo simbólico se vuelve definitivo a la hora de construir la personalidad propia de la propuesta de Eggers. Un primer enfoque narrativo, en consecuencia, es lo mitológico. Ya mencionaba la influencia de leyendas y mitos transmitidos de generación en generación por marineros, como la historia de Smalls Lighthouse en Gales, pero, sin duda alguna la cinta se nutre fuertemente de los mitos griegos de Proteo y Prometeo, personajes que se replicarían en el veterano farero Thomas Wake y su joven nuevo ayudante Ephraim Winslow, respectivamente. Así, el abusivo y egoísta Wake se inspiraría en un dios menor del océano que sirve a Poseidón (el farero y marinero que sirve finalmente al océano), celoso de compartir el conocimiento (no quiere tutelar a su ayudante), amante de las formas animales marinas (su insistencia en el respeto hacia ellas), vocifera profecías (la advertencia sobre las gaviotas que cargan con las almas de los marineros muertos) y tiene el poder de adoptar variadas formas (adopta formas tentaculoides y sirenoides). Además, no hay duda que Eggers se inspiró en el grabado "The Sea Monster" (c. 1493) de Albrecht Dürer para la apariencia del viejo que tiene un caparazón de tortuga como escudo y el cual también tiene reminiscencias al Capitán Ahab de la epopeya "Moby-Dick" (1851) de Herman Melville.

    Por otra parte, está Ephraim, que debe lidear con un oscuro pasado además del mal carácter y los abusos de su superior, el viejo Wake. Desarrollando cierta obsesión o derechamente buscando la luz, al igual que el titán Prometeo sube al Olimpo para acceder al fuego de los dioses, Ephraim buscará subir a la cima del faro para llegar a la gigantesca lámpara que simboliza obviamente el conocimiento. Sin embargo, asimismo, al igual que el desgraciado Prometeo, quien es castigado por los dioses en su osadía de robarles el fuego a los dioses para dárselo a los hombres siendo encadenado y condenado a que un águila le devore las entrañas las cuales se regeneran eternamente, alguna fuerza divina se encargará de castigar la osadía del impetuoso Ephraim de deshacerse del viejo Thomas para acceder a la cúpula del faro, lugar al que sólo el veterano tenía acceso. La perturbadora secuencia final de Ephraim y las gaviotas se inspiraría principalmente en dos pinturas sobre el mito del titán, elaboradas por Theodoor Rombouts (c.1630) y Jean Delville (1907). También es posible encontrar reminiscencias mitológicas de la obra de H.P. Lovecraft en la propuesta narrativa, especialmente, respecto a la figura del faro, como personaje. Más allá de constituir un símbolo de la arrogancia humana ante la indomabilidad del mar y la naturaleza, el faro surge como una especie de dios primigenio, en concreto como uno de los Profundos ("The Shadow Over Innsmouth", 1931), el cual necesita de un par de guardianes que se preocupen de él y lo alimenten (con carbón), pero de los cuales toma también su energía (personalidad y cordura). Eggers introduce, de hecho, referencias explícitas y metafóricas desde este enfoque, como aquella en la que Ephraim cree advertir una criatura de forma tentaculoide en la cima del faro que se entremezcla con el viejo Wake, además de la constante aparición de una sirena en sus alucinaciones, y cuando incluye un molesto y permanente ruido de sirena que el faro emite (logrado con la mezcla de varios sonidos de sirena), como si del bramido perverso de una abominación se tratara.

    Una segunda perspectiva es la religiosa, concretamente desde el cristianismo. En primer lugar, no deja de ser interesante que ambos personajes se llamen Thomas, lo que podría remitirnos al apóstol Tomás, cuyo nombre en arameo significa "gemelo". Algunos creen que Wake, sin embargo, es una suerte de contraparte del apóstol Tomás, en concreto, Judas Iscariote, cuando Ephraim descubre que el veterano le ha traicionado al escribir malas recomendaciones sobre su trabajo. Con todo, la tortuosa convivencia con el viejo Wake sería un verdadero viaje a la redención para Ephraim, de hecho, dicha experiencia representaría el purgatorio donde primero debe expropiar sus pecados para luego poder llegar al faro, es decir, el mismo cielo. El hecho que el aprendiz de farero le confiese sus crímenes al viejo para expiarse y le ruegue que le permita acceder a la cima del faro, convierten al viejo Wake en una suerte de juez divino cuya luz encandila al novato, como vemos en la impactante y literal representación de la pintura "Hypnosis" (1904) de Sascha Schneider. De cualquier forma, la decisión de Ephraim de entrar a la sala en donde está la enorme lámpara a la fuerza, tras deshacerse de Wake, se traducirá en la simbólica secuencia en que este contempla horrorizado algo que no podemos ver (la verdad) para luego ser rechazado por la luz (el cielo), cayendo abruptamente por las escaleras (hacia el mismísimo infierno).

    También podemos abordarlo desde la psicología criminal. Desde un inicio asistimos a la tensa convivencia entre el viejo Wake y Ephraim en la que el veterano abusará y maltratará al novato supuestamente para convertirlo en un farero de tomo y lomo. No obstante, este maltrato, sumado al aislamiento, las hostiles condiciones climáticas, la soledad, la abstinencia sexual, el alcohol y la rutina laboral, llevarán al aprendiz a un irremontable viaje a la locura. En este torbellino psicológico, el espectador asistirá a la confesión de su pasado criminal y la teoría de que el viejo Wake no existe siendo, en realidad, la voz de su conciencia. Ello explicaría por qué ambos se llaman igual y renguean (el viejo tiene pata de palo y el novato se lesiona cargando carbón), que el viejo le insinúe en varias escenas que todo puede ser producto de su imaginación (el viejo habla como el novato o cuando directamente le dice que todo está en su cabeza) y el supuesto crimen del ayudante anterior por parte de Wake. Finalmente, se le puede abordar desde la perspectiva del psicoanálisis. En primer lugar, es posible advertir el conflicto del ello y el superyó entre el viejo y el joven, respectivamente, por ejemplo, en la insistencia del viejo de que beba aguardiente en la cena, mientras el novato se niega por considerarlo una falta laboral. Sin embargo, el principal elemento de esta teoría es el homoerotismo y la necesidad en ambos personajes de reforzar la masculinidad. Así, el viejo asigna tareas hogareñas al aprendiz para recalcar su dominio, tareas que son consideradas "femeninas" y por las cuales el joven le reclama al viejo que no aceptó el trabajo para oficiarlas de su esposa. Por lo demás, el film está lleno de secuencias al respecto, por ejemplo, cuando se espían al masturbarse, cuando casi se besan al estar completamente ebrios, cuando bailan lentamente abrazados, cuando tienen alucinaciones sexuales con sirenas y otros seres fantásticos. Pero también advertimos la existencia de símbolos, el faro no sólo como la esposa eterna del farero y las cerraduras y llaves como las claves que sólo le son dignas al farero veterano, sino también como un enorme falo y como vaginas y penes para alcanzar la satisfacción, respectivamente.

    Desde un punto de vista plástico, la película es una verdadera experiencia visual. Además de las referencias pictóricas que ya mencioné, Eggers trabajó con el talentoso fotógrafo Jarin Blaschke ("The Witch", 2015) un formato en blanco y negro con una cámara de 35 mm y una relación de aspecto casi cuadrada de 1:19, inferior al formato mínimo generalmente aceptado por la Academia (1:33). Su intención es literalmente encerrar a sus actores en una jaula invisible con planos cerrados, primeros planos, picados y contrapicados que refuercen la idea de claustrofobia absoluta. Por ejemplo, lo advertimos en la secuencia en que Wake se queja de la cocina de Epharim, en donde filmado desde abajo para empoderarlo respecto al novato a quien podemos ver en el piso tumbado y, en contraposición, a Ephraim filmado desde arriba molesto con el veterano abajo cuando descubre en la bitácora las malas recomendaciones que éste ha hecho sobre su trabajo, sugiriendo que no se le pague incluso. También, lo advertimos en la composición de la casa del faro, que inicia ordenada y limpia y termina hecha un caos y sucia como representación de la mente de Ephraim. La fotografía principal comenzó el 9 de abril de 2018 en Nueva Escocia, Canadá, concretamente en Cape Forchu, un pueblo de pescadores en el sur de dicha provincia canadiense del Atlántico. Aunque se mostraron interesados en utilizar un faro Point Cabrillo que databa de 1909, Eggers y su diseñador de producción Craig Lathrop ("The Northman", 2022) finalmente decidieron construir un faro de 20 metros y de paso mandaron a fabricar una reproducción funcional e históricamente precisa de una lente de Fresnel, cuya luz era visible a 25 metros. También se filmó en Leif Erikson Park, dentro de un hangar en el aeropuerto de Yarmouth y en unos estudios de sonido cerca de Halifax para tomas en interiores.

    Sin embargo, el carácter remoto del lugar y las severas condiciones climáticas también se replicaron en un ambiente laboral estresante y complejo para Eggers y su equipo, por lo que se redujo a un mes el tiempo de filmación en el lugar. Debieron soportar temperaturas bajo cero, el agua fría del Atlántico, vientos intensos, nieve, lluvia. De hecho, la falta de flora protectora en la zona de Forchu los mantuvo expuestos a los elementos durante todo el rodaje. En consecuencia, no se necesitaron máquinas de lluvia y viento la mayor parte de la filmación. Algunas secuencias, como la que Ephraim se metía al mar de noche (la alucinación entre troncos de árboles) se tuvieron que rodar cuando la tormenta se había aplacado, por miedo a que el actor o alguien del equipo técnico pudiera ser arrastrado por una corriente. La banda sonora estuvo a cargo de Mark Korven ("Cube", 1997), quien ya había trabajado con Eggers en "The Witch" (2015). Al igual que en la ópera prima el trabajo de Korven resultaría decisivo, esta vez, para recordarnos la indomabilidad de la naturaleza y construir una ambientación opresiva y pesadillesca en el viaje a la locura de los personajes. El compositor concentró su partitura en instrumentos de metal a los cuales sometió a fricción arrastrando un mazo de madera con una pelota de goma en su extremo a través de superficies de madera y vidrio. Otros instrumentos que utilizó incluyeron una armónica de vidrio, con la que replicó sonidos de copas de vinos y dedos mojados, y un teléfono acuático o arpa oceánica, una suerte de cuenco de acero inoxidable con varillas de bronce alrededor del borde que emite un sonido vibrante y etéreo cuando se le aplica un mazo de fricción.

    Las actuaciones son impecables, siendo otra de las grandes claves la elección de su reducido reparto. A diferencia de la mayoría de los castings, Eggers no buscó deliberadamente a los actores para su película, sino que dejó que sus candidatos definitivos vinieran a él, como eventualmente lo harían Willem Dafoe y Robert Pattinson. Un acostumbradamente brillante Dafoe y un sorprendente Pattinson interpretarían notablemente, sin exageraciones ni caricaturas, a dos personajes complejos y atormentados como pocos. La obsesión de Eggers con los personajes se tradujo también en su aspecto y en su acento. A ambos actores les pidió que se dejaran crecer la barba, Dafoe presumió una larga y frondosa barba y Pattinson tuvo que teñírsela de color oscuro para complementar con el tono del cabello. En relación al acento, el primero utilizó la jerga de los pecadores y marineros del atlántico de fines del siglo XIX, mientras que el segundo el dialecto agrícola de Maine. Además, para fortalecer sus interpretaciones, ambos actores acordaron tácitamente tener el mínimo contacto posible durante los descansos y compartir separadamente con el equipo. Así, mientras Dafoe optó vivir en una cabaña de marineros aislado y comer con el equipo técnico, Pattinson alojó en el mismo hotel que Eggers y su equipo. Esto les permitió explorarse mutuamente en el set, en donde los acalorados diálogos y el demandante lenguaje corporal los dejaría literalmente exhaustos al final del día. Fue varios meses después de la filmación cuando ambos actores se sentaron, por primera vez, a sostener una conversación. La actriz y modelo moldava Valeriia Karamän como la sirena y Logan Hawkes como el real Ephraim Winslow, ambos debutantes, completarían el reparto.

    En definitiva, opresiva y absorbente pesadilla psicológica que brilla por un guión complejo y desconcertante, actuaciones deslumbrantes y descarnadas y un apartado técnico tan demencial como valiente. Un tour de force interpretativo en el que ambos actores son poseídos por sus personajes en un único espacio machacados por una alarmante y desquiciante banda sonora compuesta por sirenas, embestidas de mar y silbidos del viento. No da tregua ni en su aspecto formal ni en su agotadora narración. No estamos ante una película fácil. Repleta de simbologías y metáforas, de un texto escupido a altas velocidades y con acento arcaico, requiere de una fuerte predisposición por parte del espectador pero de entrar en ella es de recibo que no saldrá indemne agradeciendo ser testigo presencial de un cine valiente, del que no suele abundar en salas.

    FilmeClub605426824.wordpress.com
    Sebastián T.
    Sebastián T.

    7.269 usuarios 166 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 23 de enero de 2020
    Locura, agitación, suspenso y terror. Todo estos elementos están presentes en esta película minimalista, donde todo ocurre en una sola ambientación y con solo dos actores. Pero la excitación y el valor agregado de la cinta se lo dan las monstruosas actuaciones de Robert Pattinson y Willem Dafoe. La relación entre estos dos personajes es de una euforia y psicoticismo pocas veces vistas. La pertinente filmación en blanco y negro, el sombrío sonido presente desde principio a fin, sumado a la mitológica y terrorífica ambientación marina, hacen que seamos parte de esta historia y que tarde o temprano nos sintamos tan confusos y agitados como el joven protagonista.
    Adrianrom 1977
    Adrianrom 1977

    909 usuarios 435 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 13 de julio de 2022
    La bruja puso a Robert Eggers como uno de los directores más prometedores del momento pero El Faro (su segunda entrega) paso totalmente desapercibida, y es por ello que me parece de las películas más infravaloradas de la historia por que esto es una absoluta obra maestra a tal grado que cuando la acabas solo se te ocurre decir una cosa: "Esto es cine", simplemente esa frase define la película a la perfección.
    La trama narra la historia de el farero Thomas Wake y su ayudante Ephraim Winslow que tendrán que mantener un faro lejos de la costa durante cuatro semanas, la cosa se complica cuando hay discusiones de jerarquía entre los dos individuos y a su vez el alcohol y la locura se apoderan de su conciencia cuando ocurre una inesperada tormenta y tendrán que quedarse más tiempo en el Faro.
    Las interpretaciones de Willem Dafoe y Robert Pattinson son sobrenaturales, son tan buenas que me atrevo a decir que son las mejores de lo que llevamos de siglo, igual con el film, es el mejor de lo que llevamos de década sin lugar a duda. Luego la trama es indescriptiblemente buena y la fotografía es asombrosa y un acierto el hacerla en blanco y negro.
    Con esta película puse a Robert Eggers en mi punto de mira por qué este hombre va a tener un gran futuro en el cine.
    Francisco B.
    Francisco B.

    267 usuarios 60 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 8 de febrero de 2020
    Una excelente interpretación por parte de Willem Dafoe y Robert Pattinson que demuestra un largo trabajo de asimilación de los personajes. El formato de la película es interesante, en un marco cuadrado y en blanco y negro. Lástima que sea un género que personalmente no me gusta -el terror psicológico-. Personalmente, se me hace pesada y por eso le pongo esta nota.
    Nicolás Díaz Rivas
    Nicolás Díaz Rivas

    17 usuarios 123 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 17 de diciembre de 2022
    ILUMINANDO LA LOCURA
    Desconcertante y asfixiante película analítica en torno la desvarío entre la locura y la maldad humana. Sirenas aparte.
    Bizarra y angosta obra de excelsa fotografía pero de malsana atmósfera. Un duelo brutal entre dos bestias que descienden progresivamente a los infiernos. Unas secuencias que se vuelven reiterativas, llegando a sobrecargar la narración.
    No obstante su enfermizo clima y sus brillantes interpretaciones la salvan del naufragio del aburrimiento.
    cine
    Un visitante
    1,0
    Publicada el 1 de septiembre de 2020
    No me la esperaba tan aburrida peor que minsomar no le encuentro ningún sentido a estos tipos de películas
    cine
    Un visitante
    5,0
    Publicada el 19 de enero de 2020
    La mejor fotografía que se ha visto en años. Interpretaciones grandiosas de los dos actores. La historia es como una pesadilla, abierta a la interpretación de cada uno. Una de las peliculas del año si duda. He disfrutado cada momento de ella.
    r0m3o_ssj
    r0m3o_ssj

    6 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 25 de octubre de 2022
    Uff🔥, me parece una joyita de película, el descenso ala locura que se aprecia en los personajes mas la Cinematográfia y efectos de sonido y banda sonora uff...✨
    Actuaciones 10/10 con una trama simple pero intrigante y con un final ala abierto hacia el espectador🎬
    existen muchas teorias del final pero la que mas me gusta es la de Proteo y Prometeo 🧜‍♂️
    Mar Díaz Ruiz
    Mar Díaz Ruiz

    2 críticas Sigue sus publicaciones

    0,5
    Publicada el 24 de agosto de 2023
    No le doy menos nota porque no se puede. No me gustó nada esta película. Nada, nada. Menos que nada. Todo el mundo la considera una obra de arte y yo no veo ese arte por ningún lado.
    No la volvería a ver ni que me pagaran todo el dinero del mundo. Me parece aburrida, larga, pesada. Lo único salvable las interpretaciones, pero porque hablamos de dos actores maravillosos.
    Aun y así, la recomiendo cero. Para ver esta peli mejor no ver nada.
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