Mejores críticasÚltimas críticasUsuarios que han publicado más críticasUsuarios con más seguidores
Filtrar por:
Todas
Manuel Luna Pèrez
249 usuarios
73 críticas
Sigue sus publicaciones
3,5
Publicada el 11 de febrero de 2020
Es una buena película, con magnífica ambientación, vestuario y escenarios, tan importante en una película de época. Buenos actores y una trama histórica que se hace amena y entretenida.
La única parte débil fue la muerte del amigo del rey, ver la toma todos contra uno, no m dio pena, me dio risa. El resto bueno. No entendí pq mató a su consejero, m pareció un acto de ira por la muerte de su amigo q por traición. Además tampoco entendí como c dio cuenta q era el traditore
The King reafirma a Timothée Chalamet como uno de los intérpretes jóvenes más interesantes de su generación. En esta adaptación histórica de Netflix, encarna a un Enrique V reticente, obligado a asumir el trono en un contexto de intrigas y violencia. La película adopta un enfoque contemporáneo de la historia medieval, apostando por la introspección y el realismo antes que por el espectáculo grandilocuente, y se centra en los dilemas éticos que acompañan al poder. La actuación de Chalamet destaca por su contención y profundidad: muestra a un rey en transición, desde la fragilidad juvenil hasta una firmeza endurecida por las traiciones. Su trabajo evita el estilo teatral de otras versiones del personaje y se inclina por una interpretación más íntima y psicológica. Además, su decisión de seguir colaborando con proyectos más artísticos que comerciales refuerza su reputación como actor que prioriza la calidad sobre la fama. No obstante, The King tiene un ritmo irregular. Aunque el reparto secundario —con Joel Edgerton, Sean Harris y un excéntrico Robert Pattinson— aporta bastante fuerza, la narrativa se estanca por momentos y algunas escenas se alargan innecesariamente. La fotografía fría y gris apoya la atmósfera, pero también puede resultar opresiva. A nivel visual, la película es convincente en su recreación histórica y en su batalla final, aunque no siempre logra una inmersión total. En conjunto, es un drama histórico sólido pero no del todo memorable. Su tono contemplativo, más que su acción, define la experiencia. Aun así, la presencia de Chalamet le da un peso emocional que la eleva, ofreciendo un retrato sobrio del aislamiento y la responsabilidad que conlleva gobernar.