Opiniones sobre John Wick 4

John Wick 4 (2023).

“Una buena muerte tan solo se alcanza tras una buena vida.”
Chad Stahelski, maestro de maestros en el terreno de los especialistas del cine de acción, vuelve a dirigir al actor de moda en este género, el canadiense Keanu Reeves.
Stahelski, que llegó a doblar al actor en “Matrix Reloaded”, vuelve a sorprendernos con la cinta de acción del año, donde podemos disfrutar de un extenso catálogo de golpes, persecuciones, apuñalamientos, disparos, proyecciones y mucha mucha sangre.

El largometraje de casi tres horas de duración no deja tiempo para mirar el reloj; y es que Stahelski ha cuidado cada detalle para lograr una producción impecable, desde la maravillosa fotografía de interiores o los planos secuencia en las increíbles coreografías de acción, pasando por la banda sonora o el elegantísimo vestuario responsabilidad del español Paco Delgado (ganador del Goya y nominado al Oscar en repetidas ocasiones), hasta la realización de los numerosos efectos especiales que, los notemos o no, inundan la obra.

"Las segundas oportunidades son el refugio de la gente que fracasa.”
En la orgía de sangre y lucha que es esta producción independiente de casi 90 millones de dólares vemos técnicas de Artes Marciales como son el Jiu Jitsu japonés, el Brazilian Jiu Jitsu y el Judo. Todo combinado con el uso de armas de fuego automáticas y semiautomáticas, cuchillos, hachas Tomahawk y hasta un Nunchaku. Asimismo, se aprecia la inclinación natural que el coreógrafo tiene hacia las llamadas técnicas de sacrificio (Sutemi Waza), que no son más que proyecciones de Judo, Tai Jitsu o Goshin Jutsu en las que nuestro sicario favorito se lanza al suelo para derribar a varios de los 123 asesinados que se ven en pantalla (y ya van más de 400 entre las cuatro películas).

“La Alta Mesa solo toma vida y solo entrega muerte."
En el reparto echamos de menos a la bellísima Halle Berry y sus perros. No obstante, esta cuarta entrega ha contado con actores de primera fila como el sueco Bill Skarsgard (“It” 2017) en el papel de un elegantísimo y amanerado villano; el japonés Hiroyuki Sanada (“El Último Samurai” 2004), quien a sus 62 años sigue pletórico; Donnie Yen, encarnando a un sicario invidente y un irreconocible Scott Adkins quien a muchos sorprenderá interpretando a un orondo, aunque elástico y ágil malote. Repiten Larry Fishburne, Lance Reddick e Ian McShane.

Si en la tercera entrega sobresalían los primeros 20 minutos de luchas sin cuartel, aquí son dignas de mención las escenas del Arco del Triunfo en París, donde se juega con la peligrosa circulación de los automóviles, y la escena cenital en plan videojuego que se lleva a cabo en un edificio plagado de asesinos armados.

La producción ha sido rodada en lugares y localizaciones emblemáticas de Nueva York, Osaka, París, Jordania y Berlín.

Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7

Esta bien para pasar el rato. Però hay trozos que se hace un poco pesado por mi gusto. Se podria recortar un poco la verdad.

La película es entretenida, pero ya llega al límite de lo obvio e incluso ridículo, sobretodo en la escena de las escaleras para la llegada al duelo en la iglesia.

Creo que se les fue una de más en esta saga

Realmente el efecto sorpresa de las películas de John Wick, tras 4 entregas, decae, es obvio, la fórmula se repite. Pero también es cierto que sabes lo que vas a ver cuando te acercas a esta saga. Con el aderezo de ciudades como París o Berlín, entre otras, llevando la acción un punto más allá (ojo a las escenas en París entre los coches), Keanu en el centro de la diana y la misma estética y música apabullante, está claro que en el género que abarca, John Wick es un primer espada.

En esta última entrega de John Wick me he dado cuenta de porque atrae tanto este personaje, además de por la carisma de Keanu, y es porque siempre se levanta, da igual que le atropellen varios coches y que luego caiga de un tercero. Es realmente una película de ciencia ficción en un universo donde hay un ser humano que esta hecho de goma espuma. Su característica principal es su resistencia, es inspirador ver como alguien por muy duro que le golpeen siempre se levanta, dolorido, magullado pero el siempre adelante. Y realmente sigue vivo no tanto por su habilidad con todo tipo de armas y artes marciales sino porque los enemigos son mancos, o no disparan y se quedan solo mirándole o disparan y nunca aciertan, parece más bien un videojuego jugado en modo fácil o que realmente es Neo que todavía está en la Matrix. Cada entrega es más fantasma que la anterior, realmente es ya un cómic de superhéroes, donde aparecen personajes absurdos como un asesino ciego que no queda tan mal porque es el universo Wick.

Cruel, elegante, dulce por momentos y con un tono lúcido y rabioso, que te deja las nalgas tensas todo lo que dura el metraje. Muy recomendable. Olé Keanu!

Para mí la peor de todas las sagas. Pura basura de disparos y un protagonista que habla como si fuera un robot. La fotografía genial. Buen diseño y maquillaje pero una película más para pasar el rato cuando no se tiene nada que ser. Dicho sea de paso para un público para nada exigente

A la carrera: el cuarto capítulo de la saga 'John Wick' culmina la acción en un ejercicio de estilo que aboga por la máxima; una constante síntesis catártica que comprende su propia mitología y hace de la coreografía el fin mismo de su concepción. Un crescendo que suspende la narración argumental en pos de las piedras del camino, ideando las mil y una para hacer del viaje el propósito en sí. Será a través de esa reformulación del espacio -y un uso del atrezzo sumamente inventivo- que el gran héroe de acción convertirá el exceso en un evento festivo insólito (y a reivindicar).

El verano pasado vivimos -al menos, los que la vimos- una experiencia reveladora con Irma Vep, de Oliver Assayas. Si de algo sabe el francés es del séptimo arte, y en su obra consiguió aportar una idea para reconducir el audiovisual, al menos el convencional: volver a la magia de sus inicios.

Justamente, el pasado año llegó a cines Top Gun: Maverick, que, sin necesidad de ver la serie disponible en HBO Max, recobraba el espíritu de experiencia en cines, casi igual que esos primeros cortometrajes de los hermanos Lumiere. No es extraño que esta nueva película de Tom Cruise -otro que de cine también sabe un rato- fuese un éxito en taquilla, sin ser acción superheróica o de alguna saga -secuela de un clásico ochentero, prácticamente el siglo de Cristo para el espectador actual-.

John Wick, desde el mismo género, y sin haber visto Irma Vep, también recurre al pasado para hacerla más atractiva y rompedora en nuestros tiempos. Frente a cintas de acción con pretensión de fusionarse con otros géneros como la ciencia ficción o el thriller, Keannu Reeves se mira directamente con Buster Keaton -que de hecho aparece en otras entregas de la saga-. Concibe la violencia como algo divertido, lo imposible como posible, las desventuras como auténticas aventuras.

La cuarta entrega tan solo hace abundar más en esta idea y no puede ser más lúdica. También por la ausencia casi de argumento y diálogos -más allá de las frases lapidarias que lo acercan al western-. Asistimos a una obra hipervitaminada de acción, excesiva en todos y buenos sentidos y con la voluntad de, incluso, experimentar con la cámara. ¡Que Buster Keaton también lo hacía, hombre! Lo que sí le falta es saber transmitir sentimientos. La adrenalina impide a un expectador completamente embriagado percibir la emotividad que pretende en ciertos momentos. Pero bueno, ¿nos vamos a quejar? Estamos viendo, sin darnos cuenta, que las viejas formas se pueden adaptar a nuestro tiempo y ayudan a avanzar.