Hoy en día no es difícil encontrar comedias románticas que nos roben un suspiro o que nos hagan soltar una lagrima. Nos idealizan una relación donde todo terminará bien si te persigue al final del camino o bailan bajo la lluvia.
Es bajo esa premisa que Netflix ha realizado películas como “A todos los chicos de lo que me enamoré”, “No es romántico” o “El stand de los besos”, donde fuertemente quieren romper con los estereotipos de mujer joven popular con chico rebelde y guapo que fue funcional en “Vaselina” o “10 cosas que odio de ti”.
Recientemente se estrenó “Si supieras” en Netflix, donde Ellie Chu (Leah Lewis) vive con su padre en Squahamish, ella es tímida y un poco introvertida, pero bastante inteligente, al grado que cobra por realizar trabajos escolares de sus compañeros. No cree en el amor porque considera que es algo caótico, horrible y egoísta.
En un encargo de Paul Munsky (Daniel Diemer) le pide que escriba una carta de amor a la chica que le gusta porque siente que él no puede hacerlo de manera atractiva o que fracasará, Ellie Chu acepta porque necesita el dinero para pagar servicios de la casa y es ahí cuando el drama comienza.
Aster Flores (Alexxis Lemire) es la chica popular del pueblo que tiene de novio al chico más guapo del instituto, pero del cual no está enamorada, Ellie Chu se hace pasar por Paul Munsky y comienzan a textearse para acordar un primer encuentro, una vez concretada la cita, fracasa colosalmente porque ninguno se conoce realmente, no saben a que ritmo llevar la conversación.
Entre los 3 comienzan a tener más interacción para que Aster se interese por Paul, comienza a funcionar, pero ella debe casarse con su novio por petición de sus padres, es la manera que ella tiene asegurada una vida “digna” en ese pueblo.
Conforme avanza la trama nos da a entender que posiblemente no solo es Paul Munsky el que está enamorado de Aster Flores, de cierta forma hay más personajes involucrados creando un enredo amoroso que no termina por aclararse sino hasta el final de la cinta, y eso lo hace de una manera muy simple.
El principio de la cinta parece llevar un ritmo bastante orientado a la finalidad de que tengan una cita y quizá hasta un beso, una vez logrado eso, la película pierde su rumbo y nos vemos abordados por otros temas como bullying, triángulos amorosos y un negocio de comida que no terminan por encajar, se siente muy tirada a la improvisación que lo único que la salva es un buen giro al final para justificar el porqué de esos temas.
Respecto a la fotografía, no ofrece nada nuevo o diferente a otras películas, solo destaca la escena donde tiene que presentarse frente a sus compañeros en un recitar y toca su canción en guitarra.
La música es realmente tranquila y acompaña a la historia sin pena ni gloria, no hay alguna canción destacable o memorable como la que logró en su momento “Sierra Burguess es una loser” con la canción Sunflower. El soundtrack oficial de la película ya lo pueden encontrar en Spotify.
Netflix intentó hacer una cinta diferente a lo que nos había presentado, puede ser funcional en adolescentes, pero no logra que otro público se interese por ella. Si la película intentaba no caer en clichés, es inevitable que en más de una ocasión veamos obvias las decisiones de los personajes, sus reacciones y manera de interactuar, hasta las frases que parecen sacadas de poemas.