La película nace del deseo del director Carlos Chahine de redescubrir sus raíces. El director abandonó el Líbano en 1975, a causa de la guerra.
El director decidió ambientar El valle de las esperanza durante la revolución de 1958. "Salimos de la revolución de 1958 pensando que Líbano iba a convertirse en el país más bello del mundo. Quería que la película transcurriera en ese mismo momento, para cristalizar las emociones de mis personajes".