Es una película excesivamente infantil, y antes de decir una palabra más, aclaro que conozco perfectamente el lenguaje de este tipo de cine:
No son sólo historias para entretener a niños durante poco menos de dos horas para que dejen un poco en paz a los padres; son historias también para estos últimos, rascando de la metáfora, o el leer entre líneas, para conseguir lo que antes se llamaba "cine familiar", donde todos los miembros de una familia puedan sacar algún disfrute del visionado y posiblemente algún poso, por ligero que sea, en el que reflexionar después.
Dicho esto, "Elio" la entiendo a todas luces como infantil.
La película intenta abordar temas como la pérdida, la desconexión familiar, nuestra apariencia ante los demás, nuestra propia percepción de la misma, el afecto que recibimos y la soledad (si no me dejo alguna más).
Sus intenciones se entienden, pero están burdamente escritas por alguien que no es excesivamente profundo, en un guión que es una suerte de aventura sin rumbo, que se hace largo, plomizo y ante todo superficial.
Arranca de buenas a primeras con el empático recurso de un niño que acaba de perder a sus dos padres, y siente que el familiar más cercano que debe hacerse cargo de él, su tía, tiene otras prioridades en su vida; o las tenía, ya que ahora cambia el paradigma con su llegada.
Elio sabe que es un tropiezo en las metas de su tía, y se siente como una piedra en el zapato, sin tener a dónde ir, no querido y solo. Y, por consiguiente, la única opción más "lógica" que le queda es esperar a ser abducido por alienígenas... :D
Sé que es una película de ciencia-ficción infantil, repito: "infantil" cuando podría ser "familiar", pero vale. El problema es que el salto en el planteamiento baja varios niveles en la verosimilitud del personaje.
Cuando a penas acababa de comprar nuestro afecto por su drama personal, pasa a convertirse rápidamente en un personaje cartoonesco.
Más allá de que quiera conectar con extraterrestres, no entendemos sus motivaciones. Tiene la posibilidad de hacer dos amigos (la escena en la playa), y no parece tener el más mínimo interés en ello, y esto no es algo que se tenga "resolver" más tarde en el nudo de la película o tras una enseñanza... o sí, porque tiene su "pay-off" en el clímax, resuelto de una manera totalmente fría e insulsa.
Pero sigamos con la cronología...
Sin entrar a debatir en la facilidad con la que contacta con los aliens, que parece que haya mandado una nota de voz por WhatsApp, en menos que canta un gallo está en otro planeta, con un variopinto elenco de personajes, cada uno de una raza distinta, divirtiéndose tomando cócteles y dando saltos por aquí y por allá.
Los aliens, que son de la marca Pixar, y por tanto poco rigurosos, confunden a la cría de humano con un líder terrícola y no hacen más preguntas, y el niño aprovecha la confusión para dar más saltos, porque ahora se siente querido y valorado... aunque yo aún no entienda muy bien por qué.
No tardamos en conocer a la gran amenaza del universo, que es una especie de oruga villana, enfundada en un traje de hierro. Es muy malo, muy malo, y quiere cargarse el universo si no lo aceptan en la comunidad; y claro, como es tan malo, los aliens coloridos no lo quieren con ellos.
Accidentalmente, Elio conoce al hijo de dicho villano, que es una oruga, como su padre, pero sin traje; y vamos entendiendo la metáfora. La armadura, representada de forma literal, representa las armaduras psicológicas que debemos ponernos para "luchar" en el día a día, y no mostrarle a la gente lo "blanditos" que en realidad somos, porque nos hace vulnerables...
Ooooh, qué bonito y qué profundo.
Así varias cosas más, como la incapacidad del padre malvado en conectar con su hijo, a pesar de que le quiere por encima de las diferencias entre ellos (resumidas en que el padre se quiere cargar la galaxia y el hijo no, porque él quiere jugar).
O el recurso de los "dobles moleculares", que finalmente no "engañan" a la gente que de verdad te conoce y te quiere, lo que hace otra apología a las apariencias.
Y así, puede que un par de tonterías más que, para ser francos, son bastante superficiales y poco elaboradas; pero pareciera que quien las pilla tenga qué decir "oooh, a cuántos niveles es profundo todo esto, y qué profundo me siento yo entendiéndolo".
La historia en sí, es rocambolesca. Unos aliens que esperan sentados a que alguien de otro planeta les ayude, mientras le hacen un insignia al valor que, como ya esperamos, el niño tendrá que acabar recibiendo de forma genuina, y no con sus engaños iniciales.
Un padre villano que en el fondo no es tan malo y sólo quiere conectar con su hijo, razón que nos hará (¿)entender(?) por qué quería cargarse la galaxia (¿en serio tiene alguna lógica esto?), y por último, una tía que, aunque está desbordada por su nueva faceta forzada de madre, y vea peligrar su trabajo, no digamos ya evolucionar en él, tiene claro que ama a su sobrino, aunque no acabe de demostrarse un vínculo real entre ellos.
De los personajes terciarios, metidos con calzador, en escenas como la comunicación por radio para sortear basura especial, entendemos otro intento de conexión emocional con el entorno social y cotidiano que nos rodea, la "ayuda" que nos brindamos en comunidad, y reforzar la idea de que ya entre nosotros "no estamos solos", más allá de lemas con extraterrestres.
Sí, captado... Terriblemente burdo, además de aburrido. A este punto ya sólo quiero que terminen de hacer lo que tienen que hacer, y a la mayor brevedad posible.
Finalmente el niño consigue mostrar su valía a la comunidad extraterrestre para entender al tiempo cuál es su lugar en el mundo.
Pues ya está. Y así se hace una película.
"Elemental" tampoco funcionó muy bien y en taquilla y a mí sí me gustó. Ahí tanto el argumento como las metáforas funcionaban bien y tocaban la fibra, aunque fuera con el estilo americano "pop".
Pero con "Elio", algunos no teneos siquiera una película para entretenernos.