El proyecto tiene su origen en un suceso que presenció la directora Claudia Varejão en 2016, cuando fue a una residencia artística en la isla de São Miguel. Allí presenció a un grupo de pescadores limpiando redes abrazando a un grupo de chicas transexuales, aparentemente con lazos familiares.
Primer largometraje de ficción dirigido por la cineasta Claudia Varejão, que anteriormente había realizado varios documentales.
La directora situó su película en la isla de São Miguel por la forma tan musical en que se habla el portugués, las tradiciones culturales, la arraigada presencia de la religión y por las leyendas locales llenas de misterio.