Película española del 2023, de una duración de 93 minutos, con una valoración de 7/10, dirección, guión, y producción de Gerardo Herrero.
El director madrileño regresa al largometraje con esta adaptación de la obra teatral del mismo título del dramaturgo argentino Matías del Federico. La herencia de la obra es evidente en el libreto, aunque no tanto en la forma de llevarlo a la pantalla o en las interpretaciones de su elenco, probablemente el mejor posible para los papeles que aquí se ven. Es una comedia, pero también una tragedia, y aguarda un giro final bien guiado que llega a sorprender al espectador.
El guión busca tratar muchos temas (la infidelidad, la ludopatía, la crianza de los hijos, la confianza, la pasión...) pero deja en el centro uno especialmente grave que va más allá de lo que puede considerarse un simple problema de pareja y se traduce en delito.
Con una puesta en escena minimalista, trama de unos desconocidos en la que por diferentes motivos su psicóloga en común, propone hacer una terapia de grupo poco habitual. Los cita en un local apartado, ella no aparece, pero les deja unos sobres cuyas consignas deben cumplir, a modo de gymkana de diván emocional. De esta manera casi involuntariamente los seis testeados acaban compartiendo secretos que no esperaban y las diferencias entre sí, subrayando las distintas etapas de cada pareja, y la confesión de algúnos problema que no desean admitir.
El metraje es honesto con uno de sus conflictos subterráneos, de acuerdo, y es el que acaba sosteniendo gran parte de la tensión final, pero no se sostiene. Y no lo hace porque subraya lo artificioso de la propuesta desde el primer momento, ese juego de contraste entre modelos de pareja y bromas de matrimonios, por mucho barniz trágico que se les pinte por encima. Es demasiado rebuscada la razón que lleva a que ese problema se resuelva así, y no de formas mucho más lógicas.
Su enfoque como un escondido thriller del filme, utiliza la terapia como una herramienta narrativa para explorar los traumas y conflictos psicológicos de los personajes principales.
Tragedia con pinceladas de humor, con diálogos chispeantes y un excelente ritmo teatral que capta de inmediato el interés del público. El elenco encaja, cada cual en su papel, como si fuese un guante, destacando especialmente Malena Alterio y Juan Carlos Vellido porque sus papeles, en ese sentido, son lo más lucidos, pero en general con el nivel altísimo esperable.