Un niño aborigen huérfano de nueve años llega en plena noche a un monasterio que dirige una monja renegada. Su presencia altera el equilibrio de este aislado refugio, donde conviven con heridas del pasado y silencios con mucha culpa.
A medida que el niño se enfrenta a su nuevo entorno, las creencias y convicciones de quienes lo rodean comienzan a resquebrajarse. La historia explora el conflicto entre la fe, la identidad y la supervivencia, mostrando el precio que cada personaje debe pagar para encontrar sentido en un mundo marcado por la pérdida.