La historia transcurre casi por completo en una elegante casa durante una cena que, entre risas forzadas y tensiones latentes, culmina con el inesperado suicidio de uno de los invitados. Este acontecimiento destapa las miserias, rivalidades y mezquindades de los comensales, revelando un mundo donde la apariencia y el egoísmo dominan.
Con humor negro y una mirada crítica, la película desmonta la hipocresía de las élites y reflexiona sobre la desigualdad y el problema de la vivienda.