En mi humilde opinión, creo que nos encontramos ante una película torpe, mal contada, con un montaje carente de criterio, un protagonista (y una historia) sin gancho y un ritmo bastante errático. Todo transcurre a través de un movimiento pantanoso que no conduce a ningún lugar mínimamente apetecible. El intento de emocionar al espectador a base de diálogos que pretenden ser sencillos, pero que resultan simplones, conduce al bostezo más primario. No recibimos ninguna información de fondo por parte de unos personajes muy desdibujados, mostrados con trazo grueso. Bajo mi punto de vista, sobra lo que se ve y falta lo que no se ha contado, como si, por error, el director hubiera elegido los descartes en lugar de los planos válidos. Que se necesiten diez años para escribir este guión, es algo que llama poderosamente la atención. Por fortuna, la butaca del cine no podía ser más confortable. En cambio, las dos horas de metraje las recuerdo largas e insulsas.