políticamente incorrecta.
la compleja radiografía de un país fracturado, dirigida con mano firme por ari aster, encuentra en el trío formado por joaquin phoenix, emma stone y pedro pascal una de sus armas más contundentes. el primero, con una presencia imponente y herida a partes iguales; la segunda, desplegando una versatilidad admirable; y el tercero, aportando equilibrio y carisma, conforman un núcleo interpretativo que funciona con una naturalidad arrolladora.
la película es, ante todo, un ejercicio narrativo arriesgado, incómodo y profundamente político. una puesta en escena que no rehúye la confrontación: los discursos negacionistas de la pandemia frente a la aceptación de la realidad, el ruido ensordecedor de las calles en plena efervescencia social, la irrupción de las teorías conspirativas, la tensión ideológica alrededor de la cultura inclusiva… cada elemento es mostrado con una crudeza poco habitual en el cine contemporáneo. y es justamente ahí donde reside gran parte de su valor: en su negativa a suavizar ni maquillar aquello que la sociedad vive día a día.
la entonación musical, de factura sobresaliente, acompaña con precisión tanto los instantes de furia como los de silencio cargado de significado. los diálogos, por momentos afilados hasta el extremo, son una muestra de ingenio que invitan tanto a la reflexión como al aplauso. incluso los personajes secundarios, como la intrusiva madre de louise o la creciente presencia de austin butler, añaden capas de tensión y autenticidad, reforzando la sensación de estar ante un retrato coral y perturbadoramente reconocible.
la ambientación es asfixiante, no por artificio, sino por cercanía. recuerda a las grandes distopías literarias —la sombra de '1984' es evidente—, aunque no se trata de un futuro hipotético, sino de un presente tangible. racismo, polarización política, derechos civiles, libertades individuales: todo se expone con la frialdad de un espejo que no deforma la realidad, sino que la refleja sin filtros.
en definitiva, 'eddington' es un filme de enorme riesgo y de un poder incómodo, que se instala con fuerza en la memoria del espectador. quien la rechace, probablemente lo haga no por lo que es como obra cinematográfica, sino porque no desea reconocerse en el retrato que devuelve. una obra imprescindible, tan incómoda como necesaria.