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Pago y voy al cine para reír, llorar, emocionarme, pasar miedo, entretenerme ...ver películas que me hagan tener ganas de seguir viéndolas. Es una película con un guin que es una basura, unos diálogos malísimos, lentísima, y lo único que he deseado es que terminase de una vez. Debería de estar penado hacer guiones asi, producir esta mierda, y que encima la sociedad hagas críticas como si estoy fuera una película de la pera limonera. Alucinante el mundo borreguil en el que vivimos. La peli va de unos
spoiler:
yonquis que son escoria, un padre que busca a una hija y un viaje interminable que te aburre profundamente
yonquis que son escoria, un padre que busca a una hija y un viaje interminable que te aburre profundamente
SIRAT
¿Un cine atípico? Depende de para quién. Concede la facilidad para ampliar la participación en los repartos por el mayor número de rodajes.
En los festivales nacionales el Festival cinematográfico de cada pueblo crecen las Academias de presuntos actores y actrices…En este paso por el puente que debe ser cruzado el día de la Resurrección para entrar en el Paraíso. Sirat parece ser que quiere mostrarse como el camino recto, el camino de salvación. Sirat traducido como “camino”, como forma de vida, parece llevar camino hacia Dios. Si eres aficionado a las sesiones de rave es posible que te sientas partícipe en ese viaje. También depende del grado de aceptación de la música electrónica. Y de las noches de fiesta sin amanecer. Toda vida es un rave, un movie road como la búsqueda de John Wayne y su sobrino en ”Centauros del desierto”, entre otras.
Si la vas a ver, ni para bien ni para mal. Para recordar cómo se hace cine , y si lo permites, vivir los aires y el ambiente de la música electrónica. Despersonalización, transformación. Si la ves, te harás tu idea.. Si no la ves, algún día puedes pensar que te perdiste un hito en el cine. Tampoco será eso. Cuando añadamos nuevos complementos a la definición de cinema o hablemos de pluriarte o del cine como
una nueva dimensión en el arte o lo que piensas ahora al leer esto, podremos decir otra cosa inteligible..
¿Un cine atípico? Depende de para quién. Concede la facilidad para ampliar la participación en los repartos por el mayor número de rodajes.
En los festivales nacionales el Festival cinematográfico de cada pueblo crecen las Academias de presuntos actores y actrices…En este paso por el puente que debe ser cruzado el día de la Resurrección para entrar en el Paraíso. Sirat parece ser que quiere mostrarse como el camino recto, el camino de salvación. Sirat traducido como “camino”, como forma de vida, parece llevar camino hacia Dios. Si eres aficionado a las sesiones de rave es posible que te sientas partícipe en ese viaje. También depende del grado de aceptación de la música electrónica. Y de las noches de fiesta sin amanecer. Toda vida es un rave, un movie road como la búsqueda de John Wayne y su sobrino en ”Centauros del desierto”, entre otras.
Si la vas a ver, ni para bien ni para mal. Para recordar cómo se hace cine , y si lo permites, vivir los aires y el ambiente de la música electrónica. Despersonalización, transformación. Si la ves, te harás tu idea.. Si no la ves, algún día puedes pensar que te perdiste un hito en el cine. Tampoco será eso. Cuando añadamos nuevos complementos a la definición de cinema o hablemos de pluriarte o del cine como
una nueva dimensión en el arte o lo que piensas ahora al leer esto, podremos decir otra cosa inteligible..
La película es buena, atrapante...pero hace sufrir demasiado. Salí con sensación de desasosiego enorme del cine. No sé cómo se pueden hacer películas tan duras.
Para mi es una obra bra maestra, con personajes buscandose a si mismos en un mundo casi apocalíptico
De acuciante actualidad contemporánea, Oliver Laxe imprime a la película una cualidad sin concesiones de ningún tipo con imágenes refractariamente aplastantes, un enfoque realista y angustiosa de principio a fin, con un rodaje luminoso e íntegro en localizaciones exteriores. Técnicamente es de un tratamiento exquisito, apoyado con una impecable fotografía.
Una historia producida, en parte, por los Almodóvar y una historia, en mi opinión, excesivamente dura y cruel que deja al espectador, en ocasiones, casi sin aliento por los sorprendentes giros repentinos e impensados. España la presenta para los Oscar de 2025 en el apartado de mejor película internacional, galardón que no creo que alcance debido a un determinado lance de la cinta que, a los norteamericanos, no gusta.
Una mixtura de géneros que te golpea con generosidad y sin dispensa: western, carretera, drama, suspense... En mi parecer, un ejercicio que roza la MAESTRÍA DE OBRA. .4️⃣/5. ••PICARD••
Una historia producida, en parte, por los Almodóvar y una historia, en mi opinión, excesivamente dura y cruel que deja al espectador, en ocasiones, casi sin aliento por los sorprendentes giros repentinos e impensados. España la presenta para los Oscar de 2025 en el apartado de mejor película internacional, galardón que no creo que alcance debido a un determinado lance de la cinta que, a los norteamericanos, no gusta.
Una mixtura de géneros que te golpea con generosidad y sin dispensa: western, carretera, drama, suspense... En mi parecer, un ejercicio que roza la MAESTRÍA DE OBRA. .4️⃣/5. ••PICARD••
Especial visión de la miseria humana. Vale la pena, me encantó verla. No es una gran película pero creativa y distinta.
Claro que haré spoiler, tanto secretismo con la hija desaparecida, pues al final no aparece ni muerta ni viva pero con los acontecimientos ocurridos en la película da a entender que murió, y lo más chocante por no decir absurdo es que un padre vaya a buscar a una hija desaparecida llevando a un menor a ese infierno y poniendo su vida en riesgo y el que muere realmente es el hijo que va con él, y claro que tiene sentido el drama, pues da a entender que es un suicidio y una muerte asegurada ponerse de conciertos en una tierra hostil y en guerra en el que los campos de minas están a la orden del día y en el que cómo no, van a morir casi todos los protagonistas, en resumen es un anticipo a lo que le ocurrió a la hija desaparecida. Lo único nefasto la música, es repetitiva y monótona.
Sirat es de esas películas que te arrastran sin darte cuenta, como si entraras en un espacio cerrado donde las paredes laten con fuerza. Lo que más me sorprendió es que aquí sí me contaron una historia, algo con peso, con un trasfondo que va más allá de lo visual. La atmósfera me recordó a la planta de abajo de la factoría en Moncloa, un lugar cargado de ecos y de sombras, y esa conexión personal hizo que la experiencia fuese aún más intensa.
Oliver Laxe consigue que lo físico y lo espiritual se entrelacen, creando un relato que se mueve entre lo hipnótico y lo brutal. El sonido tiene un papel fundamental: retumba, golpea y te mantiene en alerta constante. La fotografía es otra de sus grandes bazas, con imágenes que parecen querer quedarse grabadas en la retina a base de repetición y contraste.
No es una película fácil ni cómoda. Hay momentos que rozan lo insoportable, con giros crueles y una crudeza que parece diseñada para incomodar. Sin embargo, es justamente ahí donde encuentra su fuerza: en obligarte a mirar, aunque lo que veas no sea bonito.
El reparto responde con interpretaciones sólidas, transmitiendo la fragilidad y la resistencia de personajes al límite. La película juega con la metáfora del puente —ese paso que puede llevarte a la salvación o a la caída— y lo traduce en cada decisión, en cada mirada cargada de desesperación.
En definitiva, Sirat no busca entretener en el sentido convencional. Es un viaje sensorial y áspero, con un pulso apocalíptico que puede dejarte devastado pero también extrañamente fascinado. Una obra que quizá divide, pero que nadie podrá decir que no deja huella.
Oliver Laxe consigue que lo físico y lo espiritual se entrelacen, creando un relato que se mueve entre lo hipnótico y lo brutal. El sonido tiene un papel fundamental: retumba, golpea y te mantiene en alerta constante. La fotografía es otra de sus grandes bazas, con imágenes que parecen querer quedarse grabadas en la retina a base de repetición y contraste.
No es una película fácil ni cómoda. Hay momentos que rozan lo insoportable, con giros crueles y una crudeza que parece diseñada para incomodar. Sin embargo, es justamente ahí donde encuentra su fuerza: en obligarte a mirar, aunque lo que veas no sea bonito.
El reparto responde con interpretaciones sólidas, transmitiendo la fragilidad y la resistencia de personajes al límite. La película juega con la metáfora del puente —ese paso que puede llevarte a la salvación o a la caída— y lo traduce en cada decisión, en cada mirada cargada de desesperación.
En definitiva, Sirat no busca entretener en el sentido convencional. Es un viaje sensorial y áspero, con un pulso apocalíptico que puede dejarte devastado pero también extrañamente fascinado. Una obra que quizá divide, pero que nadie podrá decir que no deja huella.
No le veo la gracia. Lenta, pesada, ilógica... una de las películas más aburridas que he visto en años. Y, como remate, es terrible e injusta con sus personajes.
*Sirat* impresiona por su sonido envolvente, su música hipnótica y un valor de producción alucinante. Visual y técnicamente es una joya, pero la historia carece de fuerza y los actores no terminan de sostener la intensidad que la película promete.
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