La película narra un juicio ficticio sobre el asesinato de la productora francesa Sophie Toscan du Plantier, explorando los detalles del caso y los enigmas que lo rodean. A través de recreaciones, testimonios y análisis de los hechos, se cuestiona la evidencia presentada en el juicio real y se debate la culpabilidad del condenado Ian Bailey.
La historia profundiza en teorías y perspectivas enfrentadas, ofreciendo al espectador una mirada crítica sobre la justicia, la verdad y las incertidumbres que siguen rodeando uno de los crímenes más polémicos de la historia reciente.
Es la segunda producción de Jim Sheridan sobre el asesinato de la productora cinematográfica Sophie Toscan du Plantier; la anterior fue la miniserie documental Asesinato en Schull.