No logré pasar de los primeros 20 minutos de la película debido a varios problemas que dificultaron mi conexión con la historia. En primer lugar, me encontré con fallos de guión que resultaron difíciles de ignorar. Por ejemplo, la escena en la que una casa se quema en medio de la nada y, de repente, aparecen los bomberos, seguida de un personaje que grita pidiendo ayuda como si fuera una coincidencia fortuita, me pareció forzada y poco creíble. Este tipo de detalles, aunque aparentemente menores, afectan la inmersión en la narrativa.
Además, el doblaje me resultó notablemente deficiente, especialmente el de Tilda Swinton, cuya interpretación perdió gran parte de su impacto debido a una voz que no encajaba con la intensidad de su actuación (de querer verla, mejor en V.O) Esto, sumado a una historia que, en los primeros 20 minutos, se siente anodina y carente de dirección, hizo que me resultara difícil mantener el interés. Las escenas parecían desconectadas entre sí, sin aportar nada relevante al desarrollo de la trama o los personajes.
A nivel técnico, la dirección tampoco logró captar mi atención. Las tomas, aunque visualmente cuidadas, no transmiten emociones ni información significativa. Se abusa de planos largos que, al no estar respaldados por una trama sólida, terminan siendo monótonos y aburridos. Parece que se priorizó el estilo sobre la sustancia, lo que resulta en una experiencia visual que no justifica su propia duración.
En resumen, la película parece depender demasiado de su estética (con decorados que recuerdan a Almodóvar) pero falla en ofrecer una narrativa coherente, personajes interesantes o una dirección que aproveche su potencial. Hasta donde pude ver, no logra superar estos problemas iniciales, lo que hace que sea difícil recomendarla.