Stille Liebe

Antonia, una novicia sorda de 27 años, perdió a sus padres cuando era una niña. Sin ningún sitio al que ir, fue recogida por Verena, la madre superiora de un convento suizo, donde la mayoría de las hermanas habían hecho un voto de silencio. A medida que fueron pasando los años, Antonia, incómoda al principio en ese entorno, acabó aceptando su situación, aunque siempre con dudas acerca de su futuro, ¿realmente quería pasar el resto de su vida en el convento? Cada día, Antonia va a trabajar a un centro para personas sin hogar en Zurich. Con su bicicleta, va hasta el pueblo más cercano y, una vez allí, coge el tren hasta la ciudad. En el refugio conoce a Mikas, un ladrón de poca monta lituano que, como ella, es sordo. Aunque en un principio se muestra reticente, cuando descubre que se puede comunicar con él mediante el lenguaje de signos, Antonia le cede un espacio en su vida. Desde un principio, Mikas le expresa con valentía su deseo hacia ella y, para su sorpresa, Antonia le responde. Esta nueva relación abre ante ella un apasionante mundo repleto de emociones.

Emmanuelle Laborit, quien da vida a Antonia, es también sorda. En 1994 publicó un libro sobre sus experiencias como estudiante en la Universidad de Gallaudet.