Sean Kane (Chuck Norris) y Dave Pierce (Terry Kiser) son dos policías del Departamento de Narcóticos de Los Ángeles. En una misión, los oficiales acuden a un callejón para reunirse con su informante, Tony Montoya (Mel Novak), quien les va a facilitar el nombre del cabecilla de la mafia. Sin embargo, en un segundo alguien dispara a Pierce, le atropella con el coche y le quema. Sean, enfurecido, lanza a uno de los asesinos por la ventana, ante los ojos de varios curiosos. Su jefe, el capitán Stevens (Richard Roundtree), le recrimina la acción y, como castigo, le expulsa del cuerpo de policía. Sean, sin embargo, no está dispuesto a rendirse tan fácilmente, necesita vengar la muerte de su amigo. El ex policía comienza una investigación para dar con los criminales. Del mismo modo, la periodista Linda Chan (Rosalind Chao), novia de Dave, está decidida a llevar a la banda de narcotraficantes frente a la justicia. Tiempo después, cuando la joven está a punto de dar con los criminales, aparece ahorcada en su piso. El tío de Linda, James (Mako Iwamatsu), le pide a Sean Kane que vengue su muerte.
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