Crítica de SensaCine.com para Funerarias S.A.: Ninguna boda y un funeral

Dos son los subgéneros de comedia que la cinematografía inglesa se ha especializado en transitar: el que tiene lugar con las reuniones familiares rituales (bodas, bautizos, funerales) como marco y el que hace un uso costumbrista del humor negro. En 'Funerarias, S. A.' se dan la mano ambas tendencias. Dos empresas de pompas fúnebres se disputan el negocio de los entierros en el ficticio pueblo galés de Wrottin Powys: la funeraria tradicional de Boris Plots (Alfred Molina) y la nueva propuesta vanguardista dirigida por Frank Featherbed (Christopher Walken).

Aunque la competencia entre ambos funerarios se lleva los mejores gags de la película, en realidad la trama principal corresponde a la historia de amor entre Boris y Betty Rhys-Jones (Brenda Blethyn), infeliz esposa que finge morirse para poder escapar de su marido Delbert (Lee Evans), quien le es infiel con una descacharrante Naomi Watts de acento británico. Mientras que esa parte del argumento resulta más predecible, el falso funeral puede ser una de las secuencias más divertidas del cine británico de la pasada década. Momento a partir del cual la película entra en una agradecida espiral de locura retorciendo al máximo (la aparición espectral del final) las posibilidades de su argumento.

A favor: Los funerales modernos organizados por el personaje de Christopher Walken.

En contra: Aunque maneja bien el humor negro, no lo hace forma memorable.