Crítica de SensaCine.com para La pasión de Camille Claudel: Retrato de una mujer

El director de fotografía Bruno Nuytten, debutó en la dirección en 1988 con La pasión de Camille Claudel, proyecto muy personal tanto para él como para su actriz protagonista, también productora y por entonces pareja de Nuytten, Isabelle Adjani. Drama biográfico sobre la vida de Camille Clauidel, la película sigue su relación con su hermano, el escritor Paul Claudel, así como con el que pudo ser su gran amor, el escultor Auguste Rodin (Gérard Depardieu), con quien tuvo una relación tormentosa llena de todo tipo de emociones. Pero La pasión de Camille Claudel también es el retrato más personal de una mujer que intentó ser artista en una sociedad llena de convenciones, incapaz de adaptarse a las costumbres de su época y que acabo mendigando y después con problemas mentales recluidas.

Todo este material Nuytten lo trata con respeto y honestidad, con un formalismo visual muy académico pero efectiva, dejando que Adjani insufle de vida a unas imágenes surgidas de una puesta en escena demasiado fría. Nuytten logar dar forma a una película personal pero que pedía un poco más de dinamismo, algo menos de corrección formal, para narrar la historia de una mujer apasionada, máxime cuando estamos ante una película de casi tres horas de duración.

A favor Adjani.

En contra: La frialdad academicista de Nutten.