El hombre de la Torre Eiffel

Bill Kirby siempre ha sabido disfrutar. Es un vividor completo, mantenido totalmente por su millonaria tía, a la que solo soporta por su dinero. Está casado, pero está harto de su mujer y tiene una aventura con la mejor amiga de ésta. Un día, decide deshacerse de su tía de una vez por todas para cobrar su herencia, para así poder divorciarse y casarse con su amante. Para conseguirlo contrata a Johann Radek (Franchot Tone), un estudiante de medicina pobre, al que insta a mancharse las manos en su lugar.

Una vez cometido el crimen, el inspector Maigret (Charles Laughton), al que han asignado el caso, localiza a Radek y le hace confesar. A partir de ese momento el inspector comenzará a perseguir a Kirby por las calles y tejados de París, con el objetivo de detenerlo y hacerle pagar por su delito. La huída les conducirá hasta la mismísima Torre Eiffel.