Crítica de SensaCine.com para El prado: Esta es mi tierra

Estrenada un año después de Mi pie izquierdo, película que supuso la revelación internacional de Daniel Day-Lewis, y también de su director, Jim Sheridan, El Prado es, sin duda, uno de los trabajos más personales del cineasta irlandés.

La historia parte de una obra de teatro John B. Keane, y tiene en el centro a un estricto y ultranacionalista irlandés hombre de campo, un desbocado Richard Harris, que debe hacer frente a la pérdida de unas tierras, el prado del título, que ha trabajado durante largos años. Bajo esa premisa, Sheridan traza un duro relato sobre la obsesión, la violencia atávica y la distancia entre dos generaciones, la del personaje de Richard Harris, que antepone el nacionalismo y la supervivencia por encima de la felicidad personal, y la de su hijo, un Sean Bean que no quiere repetir los errores de su padre. De una poderosa fuerza visual gracias a la utilización de unas localizaciones naturales de gran belleza, El Prado se acaba erigiendo en un notable drama fatalista.

A favor: ver a Sean Bean en uno de sus primeros papeles importantes

En contra: Richard Harris flirtea peligrosamente con la sobreactuación