Kerry Conran no fue ni una sola vez a Nueva York durante el proceso de rodaje. Tampoco había ido nunca antes. El director recreó Nueva York basándose en antiguas fotografías de la ciudad.
Al principio se tenía la intención de que la película fuese solo un cortometraje de 6 minutos que mostrase el ataque de los robots gigantes voladores en la ciudad de Nueva York. Después de la entrada de Jon Avnet como uno de los productores, se decidió transformar el proyecto en un largometraje. Avnet se quedó tan impresionado con el trabajo que se venía haciendo que convenció al director Kerry Conran para hacer el cambio.
La película fue íntegramente rodada con los actores actuando frente a una tela azul. Con la excepción de los propios actores, el resto de la película fue insertada a través de ordenador. Fue el propio Kerry Conran quien creó el programa de CGI, que permite la creación de un mundo virtual en 3D y la posterior inserción de actores en ese universo.