Ayer vi en el cine La clase, una película sobre un profesor de secundaria en un instituto de los suburbios de París. Una excelente película para poder entender el drama de la educación en Europa. Mi esposa, a los diez minutos, ya estaba agotada de la tensión que tenía que soportar el profesor en una clase de quinceañeros. Además, se visualiza dramáticamente el entorno escolar : la connivencia de los padres, el derrotismo del profesorado, el odio y desprecio de los alumnos al profesor, la falta de respeto entre ellos mismos, etc. Al final de curso, el profesor parece haber sobrevivido al año escolar y confraterniza con sus alumnos jugando al fútbol. Después les entrega el informe final, encuadernado y con una foto personalizada en la cubierta, que parece contentar a todos los alumnos. Una chica, la última que queda, que no había aparecido ante la cámara, se acerca sola y le dice confidencialmente al profesor, para su sorpresa, que no ha aprendido nada. Fin. Toda una denuncia de la enseñanza lastrante que apadrina la Europa del euro.
El marido del matrimonio sentado a mi lado le comentó a su esposa: Mal lo tienen los franceses, lo cual me llevó a esgrimir una hipócrita sonrisa